Muchachita bella,
joven y radiante
llegaste un día a la Capital
desde tu lugar de origen,
una provincia de la Costa.

Llegaste a esta ciudad
dejando a tu familia y tu tierra
para encontrar una oportunidad
de crecer y salir adelante
y así lo estás logrando.

Pero también
aprendiste a conocer
el amor, a tu tierna edad
ya lo has experimentado
con un resultado doloroso.

En estos días,
te he visto llorar,
lágrimas de despecho,
todo por un hombre
que no supo valorarte.

Por alguna extraña razón
Tu dolor me conmovió
en lo más profundo de mi ser,
y desde entonces
siento que debo protegerte.

Más no sé como hacerlo,
quisiera darte el cariño,
afecto y la comprensión
que él no supo darte,
quisiera aliviar tu dolor.

A pesar de que eres
tan solo una niña
y yo sea algo viejo para ti
quisiera entregarte mi corazón,
el mismo que le entregué
a esa mujer que está lejos de mi.