Que las paredes oyen, es muy cierto, y que el mobiliario, llámese, silla, mesa, placares, biblioteca y un sinfin de etcs. habla o se queja... !también!; o no... A lo mejor son fantasmas... Lo cierto es que, esos "espíritus angélicos", algunos, otros no tanto, habitan nuestras casas; están ahí, en el mundo inmediato bidimensional, se mueven con sigilo, son incorpóreos, más, palmarios; durante la noche u ocasionalmente de día, abren puertas, mueven sillas u otros objetos. Los escucharon jugar con canicas? de tanto oírlos, para mí, ya es algo corriente y hasta "normal"; por suerte, no perturban mi sueño.
Quién sabe si "mañana" no estaremos en ese lugar, desmadejando el tiempo, añorando hollar la tierra con nuestras pisadas, contemplando a los durmientes mortales o molestando de puro curiosos o traviesos !vaya uno a saber...! |