Para ti.
Veo las aves volar frente a mi ventana, quisiera ser libre para poder volar hacia ti, matando todos los supuestos de un te quiero que no puede ser, que si existe, no puedes saberlo tú, por respeto a nosotros mismos y a los demás.
Me duele el corazón de hielo que tengo, al saber que tienes otros lahares que visitar
en los que puedes encontrar lo que yo no te puedo dar.
Nunca imagine que la tristeza invadiera mi alma, al sentir tus palabras como puñales
en mi corazón, ese mismo corazón que se aferra a no sentir, a no querer, a no vivir, porque esta encerrado en el frío ártico de mi soledad.
Tengo que desojar el libro, borrar cada palabra que poco a poco, día tras día han hecho grietas, sin darme cuenta, y han logrado penetrar como ladrones furtivos
en lo más profundo de mi alma. Me han sacudido como fuertes vientos sacuden las hojas y ramas de los árboles más fuertes en otoño.
Gracias tengo que darte, por hacerme sentir viva, tengo que reconocer que el amor
dormido, ahora ruge cual león herido, enamorado. Es mejor que no lo sepas, que
creas lo que quieras creer, que no te saque de tus dudas, para que alcances lo que buscas en otra mujer, en otro querer.
Me duele el corazón de hielo que tengo, y la tristeza despiadada anida en mí, no quiere entrar en el baúl de mis penas, donde tiene que estar, tú nunca te puedes
enterar, seguirá nuestra amistad firme y de compinche, como debe ser, si puede
ser y nada más.
Si las circunstancias fueran otras, estoy segura, que tendríamos sueños de primavera,
seriamos dos en un mundo nuevo sin temor, podríamos amarnos en plenitud, con la
sinceridad con que el juego comenzó.
.*N.N.*
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