Empieza el viaje...

Los ecos parecen luces de un plasma azulado corcheteado al cielo de la habitación...

Thom me eleva sobre las nubes grises que traigo en la espalda mientras Phil marca los pulsos de la sangre y me hace respirar...

Se acerca, se intuye la avalancha... Los recuerdos caen sobre la tinta y se reproducen entre mis manos y el vacío al fondo del tren... Me envuelvo, recorro, me abrazo dentro de tardes azucaradas al son de juegos violentos y risas de adolecente... Los años han pasado y los oscuros me cubren el sol otra vez.

Jonny destella oprimiendo los acordes contra mi pecho, me resucita del sueño macabro hacia los bordes del mar y la luz celeste... Caen las notas trasparentes, se diluyen en mis ojos cerrados como caballos galopando en libertad sobre mi tierra seca... Ed grita el trasfondo como encarándome las cosas que dejé de hacer, los amigos que dejé ir en ese afán por crecer como el resto... Se van, se pierden las melodías, me aproximo al fin de todo... Colin se entromete como los que siempre están pero nunca hablan, se apodera de los latidos, los alarga, los adormece...

Despierto, vivo, saboreo el viento en mi cara, los truenos se alejan otra vez...













Siempre me decían que por escuchar tanto Radiohead me iba a terminar matando... Si supieran que Radiohead sólo calma mis ganas de hacerlo...