Inicio / Cuenteros Locales / yekoxtras / para el hombre de hueso
necesito del hombre que come de mis manos cada mañana, sin menester de esa boca sonámbula que cae a pedazos en los dinteles dibujados de palabras amargas e inútiles
de verdad nacemos creyendo que abrimos el mundo de una sola tajada
aprovechando las historias
con esos corazones
muriendo y reconfortándose con los brillos de las ambiciones nos ponemos celosos de nosotros mismos
abusamos como reptiles que atesoran el solo en sus pieles, quedando recostados con boca abierta, en las piedras inmóviles de la vida...
¡Vida! el degollamiento más lento que se puede tener, pero aún así quiero
y remuevo los brazos-
para apretar el cuchillo que engendra sangre de mi garganta
por que si algo me mata que sean las manos soñadoras de atardeceres acostados con albas eyaculando el mismo mar alineado con el horizonte
ya no necesito de la muerte, esa pequeña mujer de negro que enluta el tiempo, y duerme en las puertas del caos
sin opulencia de muertes en las pieles, sin hender esas libertades, a menos que mis manos comanden el filo de la eternidad
no, ¡ah! dejemos de soñar que el hombre entiende la lengua más opaca
"la esperanza es la madre de la desilusión" y todavía me veo con las catástrofes en los bolsillos
aunque haya abierto los cofre de las miradas,
muevo como es debido el estilete por la empañadura para lacerar mi garganta.
haciendo que el acto sea tan agradable como el abrir las carnes,
empujando el hombre de pasión hacia mi propio desfallecimiento
atravesare el cuerpo de extremo a extremo haciendo salpicar en cada muralla
la eternidad revolcándose junto a los vivos |
Texto agregado el 22-08-2011, y leído por 125
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