Salí disparado de la casa, con un zapato puesto y el otro sin abrochar. No hubo tiempo para tomar mis pantalones, esto es una emergencia. Corro apresuradamente, nada mas importa en este momento. Brinque y me deslice sobre el capacete de mi auto. Abrí la puerta, lo encendí y lo puse en marcha. Arranque patinando llanta. Maniobre de carril en carril, pitando y gritando como demente. Tengo que llegar a tiempo. Francamente una lagrima recorrió mi mejilla, del miedo. Finalmente llegue a mi destino. Me estaciono justo en la puerta de entrada, dejo el carro andando, nada importa mas que llegar. Me abri camino entre la gente. Un niño estaba inocentemente comiéndose una nieve, lo quite de un codazo. Una abuelita caminando con un andador, se interpuso en mi camino, nada que unas patadas voladoras no puedan arreglar. Hasta por fin, la veo, veo justo a la persona que quiero ver, me dirijo hasta ella, y con esa dulce y encantadora voz me dice, casi seduciéndome...
- Buenas tardes, bienvenido a Wendy's ¿Puedo tomar su orden?
- ¡SI! ¿Ha vuelto la BACONATOR doble con queso de nachos y champiñones?
- Si, por so...
- ¡DEME TRES! |