Dígame, amigo mío,
transvanguardista.
Para qué gastas tus balas en este cementerio?
Para qué te muerdes las yemas de los dedos hasta hacerlas sangrar.
Si al fin y al cabo todos saben que somos los mismos desgraciados muertos de
[frío que alguna vez nos juntamos en Bandera.
Si a todos nos mataron un amigo a puñaladas,
y fuimos lo suficientemente cobardes ese día
como para irnos a la casa chorreando mocos
como algún día lo hizo Hansel y Gretel con el pan.
Si nadie llegó al día siguiente a la esquina,
y con el tiempo nadie volvió a hablar de eso,
pues todos teníamos ya nuestras puñaladas bien puestas.
Y yo me encerré en mi casa por años,
porque quería ser artista.
Pero al final todos sabían que aunque estuviéramos colgados,
en mi casa había tevecable.
Texto agregado el 21-08-2011, y leído por 128
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Lectores Opinan
21-08-2011
Je, colgaditos nos quedamos... Y esas puñaladas no sé si se cierran nomegustanlosapodos
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