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Tengo la ligera sospecha de que alguien me sigue. Constantemente volteo para atras, pero no hay nadie. No se, no puedo sacudirlo de mi cabeza.

- No es nada... - me digo con una risa nerviosa- es solo tu imaginación.

Pero sin duda, el sentimiento sigue aun ahí. Aprieto el paso. Pero entre mas rápido camino, mas siento que me alcanza. Volteo súbitamente.

- Quien anda ahí? - le pregunto a la noche vacía.

Pero no recibo respuesta. No recibo respuesta... por que no hay nadie ahí. Solo casas, una calle oscura y mi paranoica obsesión de que alguien esta atrás de mi.

- Idiota – en estos tiempos es bueno echarse porras a uno mismo.

Tengo que dejarme de idioteces, y solo... seguir caminando. Nada bueno puede resultar de hacerle casos a alucinaciones. Todo es mental, es solo mi mente jugándome un truco sucio y barato. Pero... ¿Que tal si no? Digo, nuestro cuerpo esta diseñado para defenderse y nuestro instinto es un arma muy poderosa de autopreservación, una alarma no suena si no presiente peligro. Pero que motivo podría tener alguien para seguirme a mi, soy una persona ordinaria, no he hecho nada para provocar malas intenciones en nadie. Supongo que podría alguien secuestrarme para tratar de vender mis órganos en el mercado negro, no pero eso no tiene sentido. Creo que me estoy dejando llevar por mis pensamientos.

Es lo malo de caminar solo, por que te quedas en compañía de tus pensamientos. ¿Me estare volviendo loco? Siempre me he preguntado si el camino por el que llevo mi vida lentamente me llevara a perder la cabeza. Terminar recluido en un instituto mental, y ver como me pudro lentamente.

Me di cuenta, que llevo un buen tiempo caminando a un paso firme y concentrado en mis propios asuntos. Si verdaderamente hubiera alguien siguiéndome este seria el momento perfecto para darme cuenta. Esto finalmente acabaría mis sospechas y podría, al fin, seguir la caminata a mi casa tranquilamente. Me di la vuelta inmediatamente, pero torpemente tropecé. Caí sobre mis codos turbulentamente, a pesar, me incorpore lo mas rápido que pude. Necesitaba saberlo, necesitaba ver.

¡No!- grite- ¡Alejate de mi!

Vi una figura oscura esconderse detrás de un carro, no le tomo ni un segundo.

No pretendía quedarme a esperar, me levante de un brinco y salí corriendo, corriendo como loco. Desesperado, aterrado, confundido. El sonido de mis zapatos sobre el pavimento era ensordecedor, rápidos a un cierto encantador ritmo.

No puede ser real. No puede ser. ¿Que fue lo que vi? Si hubiera sido un hombre, ¿Por que se habría de esconder? Entonces, fue cuando lo escuche. Una serie de pasos corriendo al mismo ritmo que yo. Unos pasos que me perseguían. ¿Que demonios esta pasando? ¿Sigue siendo un producto de mi imaginación? ¿Es un eco? Del miedo no pude voltear, corrí mas rápido, pero también los pasos.

Caí en la cuenta que no podría seguir corriendo toda la noche. Tenia que buscar refugio, pero no alcanzo a ver ningún lugar publico, puras casas en este, lo que pareció ser una laberinto de viviendas. Me acerque a la primera casa que vi con una luz prendida y toque desesperadamente.

- Abrame, por favor, se los imploro – llore ante la puerta- ¡Por favor! Mi vida esta en peligro...

La puerta se abrió y caí desplomado sobre la sala. La casa parecía un tributo a una sex shop, había consoladores por todos lados, en si, todo tipo de juguetes sexuales, les digo esto por que había muchas cosas que ni se que eran, mucho menos como se llamaban. Las paredes estaban pintadas completamente rojas, y sobre lo que caí era un tapete con estampado de zebra. Mi anfitrión, un encantador transvesti con la cara maquillada, una peluca, en una bata satinada negra con rojo y tacones negros.

-Dios mio, mijo, pero... ¿Que te paso?- pregunto el tranvesti.

-Disculpame, pero alguien me persigue, por favor ruego tu perdón por esta intrusión a tu hogar, si tan solo pudieras prestarme tu teléfono, saldré de aquí en seguida, mira no trato de hacerte daño ni mucho menos, no soy un criminal... solo... ayudame.

-Si...- transvesti traga saliva nerviosamente al responder- ire por el teléfono.

-Gracias, de verdad, te lo agradezco.

Me levante lentamente, buscando tranquilizarme, lo mejor sera pedir un taxi, y tener un viaje seguro a mi hogar. No tendré que preocuparme en lo absoluto, llegare a mi casa, me dare un baño me embriagare hasta dormirme y ya mañana sera un nuevo día.

Apenas entraba el transvesti a la sala, se oyeron tres golpes sobre la puerta. Los dos nos paralizamos ante esto.

- ¿Esperas a alguien? - le pregunte a la loca.

- No... - guardo silencio un momento tratando de pensar quien demonios pudiera ser, y mas a esa hora- ¡No, no espero a nadie!- finalmente me aseguro tartamudeando.

Los dos empezamos a respirar desesperadamente. Estábamos obviamente aterrados.

- ¡Abre la puerta pues!- Me dijo el tranvesti susurrando en una voz extremadamente femenina.

- ¿Que? ¿Yo por que? Es tu casa abrela tu.

- ¡Tu me metiste en esto, la abres tu!

- ¡Bien!

- ¡Bien!

Me acerque lentamente a la puerta, tome la perilla con mi mano. La gire... y abri la puerta bruscamente para sorprender al perpetrador.

- China expresa, es su orden- dice el repartidor con una bolsa llena de contenedores de comida china.

- ¡¿Ordenaste comida china?!- le grite al tranvesti.

- ¡No! ¡Yo no ordene nada!- respondió histérico.

- Escucha ¿Me has estado siguiendo?- le pregunte al repartidor.

- ¿Siguiendo? Mira amigo, yo solo vine a traer la comida, me pagan y me voy. Van a ser $350 pesos.

- ¡Pero no lo ordenamos! Esa orden no es nuestra alguien mas la pidió.

- Mira, aquí tengo anotado en el recibo la direccion y es esta direccion, no es la primera broma que me hacen. Sabes, me descuentan esto de mi cheque. No me ire de aquí hasta que me paguen.

- ¿Tienes dinero? -le pregunte apenado al tranvesti, pero se negó con la cabeza.

- Yo solo tengo 100 pesos, lo siento, te prometo no fue una broma -en realidad si sentí pena por el tipo, se veia que no había estado teniendo un buen dia.

- ¡No pueden hacer eso! Me van a despedir, oh demonios... - dijo soltándose en llanto.


Transvesti y yo nos miramos, y nos apiadamos de el. Transvesti se acerco hacia el y le dio unas palpadas en la espalda. Di un largo suspiro, sentí un poco de alivio y tranquilidad al aterrizar con la realidad. Después de todo pudo haber sido todo parte de mi imaginación. Inclusive rei un poco por mi tonta ingenuidad. Por que habría de estarme siguiendo alguien.

Mira por que no pasas. Pondré un poco de te y hablamos, creo que a todos nos vendría bien relajarnos y despresurizar. Vamos... ¡Es mas! Celebremos que tendrás que buscar un trabajo nuevo con esa deliciosa comida china que trajiste, no tiene sentido que se desperdicie -dijo tranvesti, tratando de reanimar los animos.

Nos sentamos todos a comer en una mesa, platicamos, nos reímos y pasamos un buen rato en realidad. Compartimos historias, les platique acerca de mi susto idiotico, todos reimos a mis expensas. Repartidos nos conto de los problemas que constantemente tenia en su trabajo, etc. En realidad, disfrute mucho platicar con estos dos interesantes y únicos personajes.


Es lindo...- comenta transvesti- ... tener compañía a la hora de la cena.

Los tres que nos encontrábamos en la mesa, por un momento nos sentimos como parte de una familia. Nos despedimos, y prometimos juntarnos de nuevo cada vez que tuviéramos una oportunidad. El repartidor ofreció darme un aventon, sentí un alivio. Al menos no tendría que irme caminando a mi casa.

Me subí al carro del repartidor y emprendimos camino.

Disculpame- me dice el repartidor.

¿Por que? - le pregunto.

Por mentirte... Si te estaba siguiendo....

Texto agregado el 18-08-2011, y leído por 307 visitantes. (0 votos)


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