Tiranía del corazón
En una estela de color jazmín, quedaron plasmadas tus palabras, brincaban entre si cual carmesí, la poesía que llegaba hasta mis oídos. No me fije, que tus ojos mostraban mentira.
No pasaron muchos días, me di cuenta que eras un lobo, vestido de oveja, no te deje que endulzaras mis oídos, nunca más, de esta cuenta concluí, que no bastan las palabras bonitas, es necesario la intención seguida de la acción, para que la poesía resuene hasta la eternidad.
No mescles la verdad, con la mentira, de ello saldrá, la más amarga mentira, si la tiranía del corazón, no sale por casualidad, es el ejercicio de mentiras a medias, que parecen verdad.
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