¡Ay mi bien!, cómo sujetarte el tallo...
Cómo poseerte sin que cueste el fallo,
evadiendo ardores, evitando el daño;
Conquistando todo lo que me has negado.


¡Ay mi bien!, cómo abrazar tu cintura tan punzante,
curvilínea, electrizante y pintora del carmín...
Asesino de mis párvulas caricias...

y cómo he de besarte el filo de tu espalda;
cómo sin dolerme, cómo sin sangrarla...
sin que cale el rose, si que deje yaga;
Sobre esta mi boca que quiere halagarla.

¡Ay mi bien!, yo no quisiera morir a borbotones
Pero tenerla tan cerca y mil razones, son las
Que me impulsan a intentarlo...

Y cuando la sostengo (si me mira);
Temerosa y delicada Ud. se crece...
Y con su aroma y su belleza que embrutece,
Ud. me enerva, me persuade, me enloquece...
Pues me traicionan los sentidos; si apetece.

¡Ay mi bien!...y yo la quiero y la deseo tanto,
Que no reparo en pinchos ni en heridas...
Que ya no importa el daño con la espina
Ni una vida eterna de agonía...

Porque tenerla es lo que anhelo tanto;
Y si malogro a cambio mi destino, y en
Vez de besos suyos, sean pinchos mi castigo;
(entonces)....

¡Por un roce de mi amada soy mendigo!


By.sKM.