Un sueño hecho realidad emergiendo sin sombras a través de las nubes que se esconden para no molestar. Ya no concibo a Buenos Aires si vos no estás inmersa en ella sin en el aroma de tu presencia que, tranquila, me viene a buscar. Por eso regreso presuroso esquivando dificultades y ya noto asombrado que no las encuentro más. El sol en cada alborada tiene otra forma de presenciar simplemente que dentro de él estás. Cuando se va a descansar abrís el cofre y me regalás un paquete de estrellas para que no te olvide jamás. Esta pasión se agiganta sin demasiado esfuerzo. Me sitúo dentro de tus ojos ya no deseo salir de ellos.
Texto agregado el 16-08-2011, y leído por 242 visitantes. (7 votos)