- ¿Y dices que no existían los Mecer?
- No hijo, cuando yo era niño la gente se relacionaba una con otra sin necesidad de usar los Mecer. Simplemente se conocían yendo a sitios que llamaban discotecas que no lo recuerdo bien pero decía el abuelo que eran como salas grandes muy oscuras donde bailaban y hablaban unos con otros.
- Pero papá, eso esta prohibidísimo ahora. Sólo podemos hablar con las personas que según el Mecer de bolsillo nos indique.
- Ya, si lo sé, el Mecer según la versión del Consorcio, nos indica sin ningún tipo de error las personas que son compatibles con nuestra forma de ser y por supuesto no debemos de cuestionar los criterios que el Consorcio utiliza para la creación de los Mecer y por tanto aceptar a nuestros Compivits ya que van a ser nuestros compañeros vitales.
- Ya papá pero es un fastidio. Yo hasta los 8 años, como no era necesario poseer un mecer, hice mucha amistad con Anabel y después por ese dichoso cacharro ya no puedo ni tan sólo dirigirle la palabra. No es justo y es una mierda.
- ¡Pero qué estás diciendo! ¿Cómo se te ocurre decir eso en voz alta? ¿Tú no sabes que el Consorcio te puede escuchar en cualquier lado? ¿No sabes que incluso crean clones de seres queridos, un tío un padre para descubrir a los Indignados?
- Pero si ya nadie los llama Indignados ahora son los Rebeldes o los No Cooperantes, sí lo sé y sé que los Indignados fueron unos de los que se opusieron al Consorcio hace casi un siglo y que entonces no se llamaba Consorcio sino Gobierno y era menos radical aunque también inflexible. Pero papá, yo no tengo porqué pagar los platos desintegrados de nadie. Yo no soy un rebelde, sólo quiero hablar con mi amiga y voy a romper el mecer.
- ¡No! ¿Qué dices? ¿Estás loco? ¿Acaso desayunaste los enlaces sinópticos sabor chocolate mezclados con lejía hidrogenada? ¿Cómo vas a hacer eso?, nos perseguirían por toda la galaxia y parte del extranjero. No, no y no. Sé que no es mala idea romperlo así si te viesen hablando con otra gente siempre podrías decir a los agentes Ostiones que se te rompió y que estás en trámite de tener uno, pero eso es muy arriesgado pues el plazo máximo para renovarlo es de 78 horas.
- Ya me hago cargo papá
- Que no... que no me mires así que no se puede...
(y como al final los hijos se acaban saliendo con la suya el padre acabó rompiendo el Mecer que había renovado hacía 16 meses con su cartilla de puntos Space-travel mientras veía a su hijo irse contento dispuesto a en secreto volver a ver a Anabel. No recordaba haber visto a su hijo nunca así no sabía que era si los gestos o algo en la mirada pero no pensó en ningún momento que pudiese ser un clon Azepán 7.2 híbrido de última generación capaz de tener las mismas reacciones humanas que su correspondiente humano pero habilmente dirigidas en la sombra por los técnicos del Ministerio de la Unidad.
Cuando su hijo regresó a casa bastante tarde por la disputa de un torneo de softing en el patio organizado a última hora por los dirigentes del Instituto de la Doctrina al que iba, no imaginaba que no iba a ser recibido por su padre como siempre. Allí no había nadie. Pasaron las horas y descubrió una nota en el panel-mens: Hijo, a esta hora estaré camino de alguna cárcel aunque les llamen islas reformativas. No se si volveré. Te escribo esta nota tranquilamente porque es inútil huir del Consorcio. Fueron a por mí, a pillarme. Trajeron un clon tan igualito a tí... jamás me perdonaré no haberme dado cuenta de aquello... de aquel detalle que ahora se me hace tan evidente... ¿Cómo ibas a querer tú romper el Mecer? Por mucho que te fastidiase, a tí te encanta la electrónica y crear aparatos. Si tu proyecto de 6º curso fue una replica doméstica de un rebotador de iones. Si desde niño te entusiasmabas creando nuevos artilugios y siempre te vi tratarlos con sumo cuidado. No hijo, sólo tú podrás confirmarlo pero tú nunca habrías querido romper el Mecer, sólo le habrías sacado las pilas. Sé fuerte, tu padre te quiere. |