Una brisa me acaricia,
Un rayo de sol me ilumina.
No parece que fuera el más triste de mis días.
Los árboles se mecen,
El agua, entre lgeras ondas desvanece
El reflejo de mi figura que entre lágrimas desfayece.
Y me pregunto, contemplando tu última imágen,
Si alguna vez te importé,
Si alguna vez me amaste.
Si todo lo que yo sentía llegó a tener respuesta de tu parte.
Trato de convencerme de que tengo que olvidarte.
Trato de callar mis pensamientos, antes que la tristeza me mate.
Me subo a un auto y no sé a donde voy, solo le pido alejarme.
Por hoy solo busco esconderme
Donde tu recuerdo no pueda encontrarme.
Busco un lugar seguro, un refujio
Para lo poco que me queda de orgullo.
No quiero arrepentirme, es por eso que ahora huyo.
Miro por la ventanilla,
De fondo veo el campo regado por una tenue luz amarilla.
También veo mi reflejo y las lágrimas que se deslizan
Como si fueran un arrollo atravezando mis mejillas.
El panorama se nubla, son mis ojos alimentando su cauce.
Mis dedos arrasan con él, quieren que ese reflejo cambie.
Sigo mirándome y descubro que ya no soy el de antes.
Me alejo de mi propia mirada
Y me concentro de nuvo en el paisaje,
Una nube de humo ahora cubre aquel follaje.
Qué ironía, pienso yo,
La tristeza me acompaña en este viaje.