1.

LOCURAS Y PARTOS

Enojados, los colores fríos se mechonean como viejas energúmenas en plaza de mercado. Estuvieron calmos por milenios mas hoy salieron como almas que se las lleva el diablo explotando en desafueros, buscando a quién echarle la culpa del desajuste cromático que les acababan de diagnosticar. No hallaron en los archivos el por qué de este descontrol. Sienten que algo o alguien les arranca su identidad y los lanza al bando de los tonos ardientes. Los ardientes están estupefactos ante semejante desorden. Comandados por el rojo encarnado, no dan crédito a lo que ven. Los colores fríos dirigidos por el índigo, buscan al blanco y al negro para que ejerzan de chamanes y los sanen de una vez por todas. Para sorpresa, los han encontrado acariciándose, mirándose y sintiéndose uno. Ante tal escena, los fríos, desolados, han dado marcha atrás. De repente, un hilo de luz ha brotado, crece y se amplía hasta convertirse en abanico de colores. Los fríos, sienten que estaban íntimamente incluidos en esa estela. Saben que aunque estén vestidos de calor o de frío, comparten la esencia del espectro. Refulgen de nuevo, abrazados, plenos de felicidad. Son testigos de un milagro: del vientre del Cielo nacen cada día seres de Luz. Son infinitos esos partos, vienen de una matriz inagotable. Qujedaron arrobados ante la magia de ser partero, parturienta y lo parido

ana lucía montoya rendón
agosto 2011

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2.

LA MAJA

Relajada. Tendida el sobre el lienzo, se deja amar, entregada al abrazo de los tonos del espectro. Alternadamente se convierte en corola abierta o en tímido capullo. Se deja acariciar y repasar mil veces por pinceladas tibias, ardientes o frías, que marcan sus contornos. En esos instantes es luna o estrella, es oscuridad o agua. La mira de cerca y de lejos, le acomoda el velo, le abrocha en sus cabellos el fuego de su paleta y de su alma. En el vientre le pinta un monte y en su pecho, le dibuja las nevadas colinas de los Andes. La ama, lo sabe. Lo supo cuando en arranque divino le insufló vida con sus besos y, esos labios vírgenes le respondieron.

Firmó la tela.

Boceto terminado.

ana lucía montoya rendón
agosto 2011

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3.

LUCHA DE VALORES

Es un lienzo de verdiazulidades refrescantes, de un metro por setenta centímetros. Nada parece opacar la calma de ese mar de ilusiones que se alza sobre las olas para acaparar la atención del maestro. Están a punto de eclosionar los elementales, se siente el ruido del agua contra acantilados de ideas; bullen locas en la mente del artista, no quieren esperar termine su siesta reclinado sobre el pecho de la sirena que lo embruja. Cada vez que entorna los ojos, ve cómo se tiende a su lado para susurrarle los trazos que la exciten. Con los ojos cerrados, repasa al carbón la silueta de la dicha, ella la encarna y le dirige los dibujos; le sopla cuándo empezar y cuándo terminar cada línea, cada pincelada. Le indica el lugar exacto de los claroscuros. Mientras, por los rincones el verdeazul se pelea con el rosa y sus valores, dice que le hacen perder fuerza a los bocetos.
proyecto cancelado.

ana lucía montoya rendón
agosto 2011