Dejaste caer mi aliento
por tu traquea degustada,
tenue marejada desparramándo sus colores
respiras un olor despierto, furioso,vengativo
clamas por oasis
al ver desnuda tu fragancia
confiesa.
temiste a ver tu madre frunciendo el ceño,
sentiste las paternas zancadas,
como al mar en una caja
el recreo fútil y sudoroso
con su haraposo cuarto de reflejos tupidos y vergonzosas luces
corrían los niños por la voz de tus piernas
a esas alturas gritos, alaridos, desesperados zumbidos
uno intentaba saltar la sonora cerca, escurrirse cual sirena en el bullicio,
mas no habia tragedia,
recóndito reía homero
un concierto de hienas suspiraba rendida
manos que no consentían descender las colinas,
ni lascvia menguar
mientras brotan tus caderas,
como párvulo pétalo en su nobel primavera
amplias, a la medida del silencio y los océanos, sublimes
por tu boca abrumadora
dejaste caer mi aliento
sútil butaca, para degustar la vida
sangrienta carne para morir sereno
desbocaron los corcéles,
las monturas en mi torso
galoparon tus viñedos, tras el vino corporal
racimos de tu espalda
desgarraron el estremecimiento
enhiestos los volcanes internos, eruptando desde el alma.
yacía en el lecho
la lava diseminada
yacía durmiendo,
dormía extenuada..
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