Esperaba que supieras esconderte mejor
bajo la lluvia,
y no es que ande buscándote,
te me apareces,
en el reflejo mudo de mi cama,
en las gotas,
y te veo y salgo
y me mojo y quizás,
en la alameda brillante,
encontrarte de improviso,
ver tu espalda y tambalear
y perderte y de nuevo,
atravesar la esquina
y olvidarte,
ahogarme en esta lluvia cómplice que esconde
y no sabes,
y te busco,
y mojándome de nuevo en tu olvido,
y me siento solo,
y pasan esos niños con paraguas
y los veo
y se confunde mi cara con la lluvia
y con la música
que suena y suena en mi cabeza
es la lluvia, no eres tú, es tu lluvia
que no puede alejarse de mis ojos.
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