En una repisa de madera debajo de la escalera,
Se encontraban dos muñecos de aserrín,
Ya el tiempo los había olvidado,
Sus manos remendadas en retazos,
Los ojos de botones cocidos a medio caer,
lucían colores de trapos viejos,
Texturizados por el polvo,
Ropas que los niños dejaron,
Pedazos de vestidos que se Arreglaron,
Tachuelas y alfileres colocados en sus ombligos y manos.

Un intento humano de hacerlos prisioneros
De recordar objetos metálicos y puntiagudos
Para no olvidar que aun siguen siendo suyos
Sus cuerpos

Aun así son una pareja feliz
Sus corazones siempre estarán cocidos entre si
Puede que ellos sean de aserrín
Pero después de tanto tiempo juntos
Siguen viendo la belleza de cada
Hilo mapeado en sus alegres rostros

Es un amor frágil, pero incondicional
Casi como el de la vida real.