Querida abuelita Elcira...

Te veo desde mi puerta, te observo, te siento,
tus largos silencios son mudos oyentes,
yo quisiera abuela entrar en tu fiesta,
tu mirada lejana se ausenta en el tiempo.
Tus manos ... son suave seda,
la tenue luz de la tarde...
no ha opacado tu belleza.
La callada voz es melodía en tu cuerpo
Y tu risa escondida te muestra como eres.

Anciana palmera, me llenas, te quedas,
tu figura jibada me atrae a inocencia,
tus pasos lentos, ceñidos en greda,
me han dicho que la vida te tejió desde siempre.

Eres arenal tibio en campos de guerra,
en los trigales te veo risueña,
y en el estero largo y sereno donde te bañabas...
dejaste tu huella.

(Siempre te recordaremos)
Cartas Blancas