Tres niños descalzos
Tres niños pequeños corrían por las calles del pueblo. El frío era intenso y sus descalzos pies estaban morados, pero no les importaba. Mañana vendrían los Reyes Magos, y habría que dejar las zapatillas para los regalos. Éstas ya eran viejas y tal vez ellos se las cambiarían por unas nuevas. Habían visto en un negocio del pueblo unas preciosas pero el dueño no quiso cambiárselas. Entonces su única esperanza eran los Reyes…
Pero ellos ese año no vinieron. Se les enfermaron sus camellos. Uno se quebró la pata, otro tuvo una fuerte gripe, y el tercero se olvido de la ruta por donde viajar.
Al amanecer los niños lloraron amargamente. Encontraron sus viejas zapatillas pero sin regalo. Los demás chicos del pueblo, tampoco hallaron nada. El pueblo desilusionado comentaba que había que esperar hasta el venidero año.
Los niños calzaron sus viejas zapatillas y llorando se dirigieron a sus casas. Al pasar por la zapatería del pueblo, alguien los llamó:
“¡Niños vengan, tengo algo para ustedes!”
Era el dueño del negocio. Esa mañana recibió un e-mail que decía:
“Por favor, enterque tres pares de zapatillas nuevas a los tres niñitos descalzos. Por diversos inconvenientes nos fue imposible visitar su comarca. Debite el importe de nuestra tarjeta “Debito Internacional” a nombre de “Reyes Magos”, cuyo número es:
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“Muchas gracias y hasta el próximo año”
¡Era para no creerlo! ¿Pero por qué no pudo suceder? Todo es posible en esta era cibernética.