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Al despertar mi cerebro trata de encontrar una forma de salirse de mi cabeza presionando justo sobre mi oreja, la barba alrededor de mi boca esta tiesa, saliva seca que no es mía, lo sé por el olor, huele a vino y yo no tomo vino, me arde el ojo derecho, la espalda y el pico, tengo una leve idea de donde estoy, otra más leve aún de la persona que está a mi lado, pero para que nos vamos a detener en todas esas estupideces, se que bien que es una sensación común para todos los que han salido de noche en cualquier tiempo, se también lo cerdo y divertido que pude haber sido la noche anterior pero de eso, en la mañana no queda casi nada, debo escapar antes que me descubran, no es que haya sido una farsa, es sólo que con el cerebro presionándome el cráneo no puedo encontrar esa parte de mí, no soy tan buen actor; me deslizo entre las cobijas, no estoy en una cama, tampoco es el suelo es como una especie de tarima de madera llena de cojines y chales y frazadas, me salgo, esto es como un living, en el mesón de la cocina americana hay restos de maní, los devoro casi tan frenéticamente como hace un rato devoré el coño de esta mujer. Mientras hago esto mi cerebro interpreta que hay algo mal con mi ceja y me hace sentir dolor, busco el baño y lo que veo en el espejo es una pésima versión de mi cara con una ceja partida y con el párpado a continuación con un morado inconcluso. Es justo en momentos como este cuando me gustaría tener el chip, una de las primeras aplicaciones que los putos sacaron al mercado fue un inhibidor de no sé qué mierda y eso hace que no tengas caña, oí que las primeras versiones no eran muy buenas, pero bueno la próxima semana creo que sale una nueva aplicación relacionada a las bebidas alcohólicas, se ha mantenido en reserva pero me imagino perfectamente el camino que va a tomar, creo que va a ser el adiós a uno de los últimos placeres análogos que van quedando, para los que no tenemos el chip va a ser una complicación enorme conseguir alcohol, como todo lo demás.
Lo primero que pensé al despertar fue en escapar, me acordaba de haber estado ahí antes pero no tanto, pero estando en el baño, acostumbrándome lentamente a mi cara frente al espejo, y teniendo agua a mi disposición, decidí que lo mejor era tomar una duchita, estoy cerdo, pegajoso y perturbado me digo, al abrir la ducha se que el agua va salir fría pero no me importa, el invierno está terminando y ya casi no me acuerdo de las largas duchas calientes que me daba cuando era niño, pero de todas formas giro la llave de la izquierda con el circulito rojo al centro, me meto rápidamente al agua, dejo que el agua se deslice por mi cabeza, y a medida que se me van humedeciendo el pelo y la barba el agua empieza a calentarse, wau!, me digo , en qué lugar estoy que hay agua caliente, en ese momento da lo mismo, me entrego al placer del agua caliente, es realmente maravilloso.
Debo llevar 10 minutos ahí dentro cuando siento los gritos, -que estás haciendo ahí hijo de puta!, corta esa agua imbécil!- corto el agua en el acto me llevo las manos a la cara, - el agua caliente no es para ti, cuesta una fortuna!- chucha sorry, no sabía, disculpa- digo, - está bien, no sabias, pero de todas formas, siempre le robas el agua caliente a las personas-, -como iba a saber que el agua iba a salir caliente, nadie en esta puta ciudad tiene agua caliente, porque ibas a tenerla tu?- le respondo, evidentemente sorprendido, y un poco mareado todavía, - bien, dijo, sería súper hot que me empelotara y me metiera ahí contigo y folláramos súper rico bajo el agua caliente, y como estas limpio te chuparía hasta los cocos- (todo esto me lo decía con cara hot y mordiéndose la mitad del labio de abajo, era súper rica la mina, no me acordaba que fuera tan rica)- pero la cagaste te gastaste toda el agua así que sale de ahí-, que pena , me habría encantado participar de la escena exquisitamente descrita pero bueno, de todas formas ya me iba, me seque con una de las poleras que llevaba y me vestí, deje los calzoncillos en el basurero.
Cuando salí del baño había dos tazones sobre la cubierta de la cocina americana, tomé mi chaqueta, - no vas a tomarte el café de la mañana conmigo?- me preguntó- , -hee, no gracias, mira disculpa por lo de la ducha y bueno nada, seguro que nos volvemos a ver, quedamos pocos análogos así que… nos vemos-
Y salí disparado por la puerta y me encuentro con una escalera y me doy cuenta que no tengo puta idea donde estoy, así que bajo por las cochinas escaleras y lucho por encontrar el interruptor que abre la reja, tñeeee!, lo logro! Y de un momento a otro estoy en pleno centro y la gente se está movilizando hay nuevamente protestas, como casi todos los dias, -debe ser Viernes- me digo y le pregunto la hora a una señora que va pasando –las 10:30 mijo, no se vaya na’ por la Alameda mire que van a empezar a eshar humo- Gracias le digo y me voy derechito hacia a la Alameda. Todos pelean, todos están enojados, están (la mayoría) los que quieren que el estado se haga cargo de la implantación y mantención del chip, están los que se oponen al monopolio de Apple con el chip, los que se oponen a la existencia del chip y un montón de otros que se oponen casi a cualquier mierda, a mi no me gusta oponerme por naturaleza pero no puedo aceptar que me metan un pedazo de fierro o lo que sea por el cuello o por el culo, simplemente no me da buena espina y me da lo mismo no poder trabajar como la gente normal ni estar conectado con todo el puto mundo de una forma tan invasiva, me encantaría poder hacerlo por mi mismo sin la necesidad de una máquina pero no tengo la disciplina así que me contento con emborracharme bien seguido.
Las marchas son especiales, la multitud va frenética, y la alameda realmente se llena, pero es extraño la gente no va caminando ordenada en una sola dirección, como en los viejos tiempos, va para todos lados, no hacen falta descripciones pajeras de todo lo que está pasando esta hueá es el caos, la gente no sabe bien que pedir, que exigir, que pico quiere, simplemente sienten que la cosa no está bien, es un escenario ideal para los putos que desarrollaron el maldito chip.
No me dan ganas de rodear todo el centro, mi lugar está justo a esta misma altura pero justo cruzando La Alameda, además me gusta el hueveo y lo que se ve allá es seguro un buen hueveo, gente gritando, corriendo en todas direcciones, yo con la caña y más descarado tal vez que en una mañana cualquiera así que es una buena oportunidad de obtener algo gratis, lo que sea, sin la mierda de chip cuesta un culo conseguir plata o lo que sea.
Estoy llegando a La Alameda, y debo llegar antes que se activen los evaporadores, los de esta calle fueron los primeros en instalarse y ahora están en todas las principales, cuando se activan crean un perímetro de humo que literalmente te empuja fuera de él, no arden los ojos como las antiguas lacrimógenas ni nada, sólo que si lo respiras por más de 5 minutos te desplomas y quedas congelado, consiente pero no puedes moverte, entonces llegan los camiones de los pacos y te echan dentro amontonado con todos los que queden tirados y te depositan en los galpones de C.P (custodia preventiva) y claro si no tienes chip puedes llegar estar hasta un mes ahí dentro, comiendo comida de mierda, cagado de frio y cuidándose el culo. Lo sé porque me ha pasado. La gente corre desesperada hacia las calles aledañas para alejarse cuanto antes del perímetro es entonces cuando se generan las oportunidades, están los madereros que rondan cerca de las manifestaciones con trozos de madera o fierro y cuando la gente empieza a huir y las cortinas del comercio empiezan a bajar para proteger las tiendas de saqueos los madereros ponen estos trozos de metal madera como topes bajo las cortinas y sacan lo que pueden, todos, obviamente, son análogos como yo.
Al poner el primer pie sobre La Alameda comienza a sonar la alarma, o la puta suerte o Murphy culiao, y lo que antes era caos ahora es locura pura, me digo que lo mejor es correr lo más rápido que pueda hasta el otro lado, son una mierda esos galpones, me debí haber quedado a tomar ese café, corro con todas mis fuerzas, los evaporadores están empezando a soltar el gas, y ese olor tan particular, ácido, amargo, picante, me trae recuerdos de lo peor, corro y me choco de frente con una señora Ppaf!, me desestabilizo y la señora queda repartida en el suelo, mierda si la ayudo me congelo; sigo corriendo y logro salir del perímetro con las manos acalambradas, a sólo segundos de caer congelando. Varios de los que lograron salir vomitan apoyados contra las paredes, otros salieron pero se han congelado y están tirados en el piso con ese característico temblor, chiguagua le llaman.
Estoy realmente agotado y doble encañado no estoy en condiciones de maderear, aunque de todas formas ya perdí mi oportunidad. No me arrepiento de no haber aceptado ese café me gustó haber estado ahí, me dio la sensación de ser salvaje, condición rara entre tanto humano domesticado.

Texto agregado el 01-08-2011, y leído por 123 visitantes. (0 votos)


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