Llega el momento...
Puede que nunca
nos volvamos a ver,
pues es lo que pretendo.

Tu maldito recuerdo
aún vive en mi memoria,
y todos preguntan
qué es lo que me pasa.

"No me pasa nada"
les contesto.
Pero aun siguen
preguntando, interesados.

"Algo te pasa",
dicen para coartarme,
"tú no eres así."
"Pesados" pienso.

Pero por mucho
que llegue a negarlo
tantas veces
vuelven a preguntar.

"Son unos pesados"
sigo pensando.
"Son mis amigos"
recuerdo brevemente.

Unos amigos pesados
sin duda, que sólo
saben que preguntar
y preocuparse.

"Nunca podréis olvidarme",
pienso para mí,
"sino me dejáis en paz."
No atienden a razones.

Son mis amigos...
Los pesados de mis amigos.
Tengo necesidad de ellos,
pero no lo quiero admitir.

Mi orgullo impide
que les pida ayuda,
que llore con ellos
y me consuelen.

Tranquilos, amigos míos;
estoy bien. Ahora he llorado
lo que debí llorar hace mucho...
Perdonadme.