Ya más de las cinco de la tarde entiendo lo solo que estoy en el mundo… Mi vida sigue a mi lado sin saber hasta cuando sentiré el último aliento… En grupos de personas me disperso y veo las luces de los faros de la ciudad a través de la ventana del auto… La gente pasa a mi lado. Les saludo y ellos siguen sus pasos sin destino ni meta real… Ya son más de la cinco de la tarde y no tengo ganas más que de sentir paz en toda su extensión y poder… Podría ser igual a los demás pero este mundo está lleno de diferencias, y esa es la verdad dentro de un universo lleno de claridad negra como la tinta con que escribo estas letras… Dentro de este cuarto lleno de recuerdos y ya con más de setenta años me siento obligado a escribir y escribirme… No encuentro nada que decir y por ello siento que estoy demás en este instante... Cierro los ojos y respiro profundo como suelen hacer los que saben vivir en paz y entro a mi hogar, un lugar al cual no termino de recordar… Habrá momentos y silencios… Lugares dentro de lugares… Alientos que drenan todo lo impuro… Es mi hogar y en ello me detengo por siempre, mientras sigo escribiendo… ¿es posible vivir sin saber que no por siempre?... ¿un mundo grita poder, divinidad, vida después de la muerte, encuentros imposibles de entender?... Un mar lleno de preguntas aceleran su entrada al ovulo de mi inconsciencia... No todo sigue igual, aún crecen los árboles... Los perros mueven la cola... Los niños ríen y lloran... Las madres están llenas de leche y amor... Cielo y tierra se unen manchados de agua con sal... El hombre navega en un silencio lleno de gritos internos, sin saber qué hacer para callar... Un ave anuncia su llegada... Posa sus patas en mis manos y se deja acariciar... Me mira a los ojos y siento que estoy frente a dios... Le pido respuestas, urgentes respuestas... El ave cierra sus ojos, una y otra vez y un aliento profundo llega a mi alma... El cielo grita a su tierra: ¡Paz!... Escucho y todo se vuelve como la palma de mi mano sin el ave... Vacía... Son mas de las cinco de la tarde y ya es hora de volver a sentir y sentirme en cada aliento que entra a mi ancho vacío como respuestas y respuestas, manantiales de respuestas que no cesan de seguir hinchando mi alma hasta hacerla volar por un cielo lleno de espacios y alegres silencios...