Gotas de rocío sobre su frente, perlas vivientes.
Cual estrellas fugaces hacia el piso se escurren.
Y en chispas fulgurantes de fuego emergen.
Y se esparcen en el ámbito del espacio vacío.

El aire se transforma en marea de trazos ardientes.
Ellos en figuras arabescas dibujan su bello rostro.
El cual en estallido repentino y risa irónica.
En vivo rayo se trueca, cual alma doliente en pena.

Ante ella se alza como muralla de fuego en ristre.
Quemando las ansias de un corazón palpitante.
Sus dientes cual perlas pulidas en su boca entornada.
Deja escapar el fluido etéreo de vapores fantasmales.

Ellos la envuelven cual tentáculos de pulpo gigante.
Y penetran en el ahora desprevenido y ardiente cuerpo.
Quemando las entrañas convirtiéndolas en cenizas.
Y de su alma emergen las flamas de un amor perdido.
Ray