Con mi lagrimar atrofiado de tanto uso traigo este manojo de espinas sin flores. Vengo a despedirme molesto, diria yo el rio ha llegado al mar y por lógica razón se ha desvanecido volviendose el agua dulce una salmuera de mar muerto. Atayo
Texto agregado el 29-07-2011, y leído por 245 visitantes. (3 votos)