Uy!... de repente,
una pasión increible se encendió
acorralé, perseguí y casi maté de pasión hoy.

Quemaba por dentro, salía de mí,
no se de donde salió, donde estuvo
quien me la despertó
cómo despertó...
y me pregunto aún si toda ella cabía dentro de mí.

Acariciaba como si fuera el último día del mundo
como si él también lo quisiera así, y
definitivamente sí lo sentía así...

Puse mis pechos contra el suyo,
tomaba sus manos, las dirigia,
dirigía mis manos hacia él
hacia donde sabía que se encontrarían
al sol y la luna en un eclipse total.

Los besos eran como plantas carnívoras devorandose
sin piedad ... salvajes, eróticos... hermosos

Mi corazón terminó latiendo como los tambores
japoneses, esos taikos que retumban y transmiten
fuerza, vigor y pasión.

Mis manos temblaban,
quizá de haber querido recorrer más y no poder...

La pasión no se acabó, solo estuvo dormida
ahora que despertó...
que hacemos con ella?

que hacemos con ella?...
solo dejarla fluir me dice mi instinto animal...
y esconderla y enterrarla me dice la razón...
quien ganará...
lo sabré al enfrentarte nuevamente y sentir tu piel rozar a la mía
y al sentir tu respiración cerca a la mía...

y ... quizá haremos el amor...
ahí en un escritorio...
en donde la pasión nos devorará nuevamente
como el momento aquél,
el que no se olvida y que excita
y nos mueve a arder en piel...