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EL DETECTIVE TORETE

Nadie conocía su verdadera identidad, se movía por las sombras como fantasma. Se dice que era un vampiro, otros decían que tenía poderes sobrenaturales, pero la realidad no se asemejaba nada a lo que contaban.

El detective Torete, llamado así por sus seguidores, se hizo muy popular entre la gente de la ciudad, todos los periódicos se morían por una portada con su foto pero nadie consiguió jamás revelar su identidad.

El detective Torete era un joven corriente, que se buscaba la vida para pagar sus estudios. Su verdadero nombre era Manuel Bravo, tenia 20 años, media un metro sesenta, lucia unos buenos abdominales y unos bíceps que volvía locas a todas las niñas.

En las mañanas estudiaba periodismo en la universidad, en las tardes trabajaba en una hamburguesería y en sus ratos libres atrapaba a malhechores ayudando a su tío, el detective Miller, o en el gimnasio poniéndose en forma.

Miller era un hombre gordito, que lucia una buena melena y un fino bigote. Siempre bestia de chaqueta, pensaba que un detective tenía que ir bien vestido para dar buena impresión a los clientes. Que no eran muchos y si no fuese por la ayuda de su sobrino, ya habría cerrado la agencia. Él estaba muy mayor para andar por el mundo buscando delincuentes, pero su sobrino no lo dejaba abandonar.

Manuel solía hacer todo el trabajo, aunque a veces solicitaba la ayuda de dos buenos amigos, Pablo y Paco. Miller solo se dedicaba a buscar clientes, se pasaba el día en su oficina rodeado de archivos por todos lados.

Pablo era compañero de la universidad, le volvían loco los libros de detectives, se pasaba el rato leyendo novelas policíacas y Paco era un agente de la policía, que les pasaba información secreta.

A pesar de los estudios, el trabajo y sus investigaciones con su tío, siempre sacaba tiempo para salir con los amigos de la universidad y sobre todo para quedar con las miles de admiradoras que andaban loquitas por él. Aunque no era el tiempo suficiente para mantener una relación estable.

Siempre andaba ocupado con algo, sus amigos pensaban que estaba metido en algo muy grueso, siempre se desaparecía sin decir donde iba. A todo el mundo le parecía muy extraño, pero ninguno sospecho nunca lo que ocurría en realidad.

Sus padres creían que tenía una novia, sus amigos creían que andaba metido en algún asunto de drogas. Que incrédulos todos ellos, cuando el pobre lo único que hacia era velar por la seguridad de los ciudadanos del Estado. Arriesgar su vida, para resolver los misterios que se cuecen en la oscuridad de las calles de la ciudad.

Manuel era una persona muy discreta, aunque a veces deseaba revelar su identidad para no tener que estar escondiéndose que la gente reconocieran su trabajo. Con el tiempo se convirtió en un experto de las mentiras, para tener que cubrirse delante de sus amigos y familiares.

A pesar de todo, sus amigos no le abandonaban y siempre lo apoyaban y estaban junto a él cuando lo necesitaba.

Torete, era indestructible, pero como todos los héroes tenia su punto débil, en el caso de superman la criptonita y en el caso de Manuel eran las mujeres, en especial Julieta, una diosa de ojos verdes esmeralda, una exuberante melena rizada color canela, y unas curvas de infarto, pero lo que volvía locos a todos los hombres de esa mujer era su sonrisa, con esos perfectos dientes que lucía como un colgante de perlas, y esos perfectos labios alineados y carnosos.

Torete se desvivía por ella, por verla sonreír, si ella era feliz Torete se sentía el amo del mundo. Manuel y Julieta se conocían desde que iban al instituto y tenían una buena relación como amigos aunque entre ellos siempre hubo una relación especial, pero Julieta no estaba dispuesta a soportar sus desplantes, sus idas y venidas sin dar explicaciones convincentes, por lo que lo único que estaba dispuesta a darle era su amistad.

El amor que sentía por Julieta era muy fuerte pero su afán por atrapar a los malhechores lo era mucho más, por lo que se conformaba con ser su amigo y poder compartir con ella momentos inolvidables.

El detective Torete nunca dejaba un caso sin resolver. En estos momentos Torete estaba trabajando en un caso bastante personal, con el cual corría el riesgo de ser descubierto.

Una mañana al abrir su taquilla de la universidad encontró una nota que decía: acompañada de una rosa blanca. Desde entonces había estado recibiendo día a día una rosa blanca con un mensaje oculto que solo alguien con sus habilidades podría descifrar.

No tenía ni idea de quién podría tratarse los únicos que conocían su identidad eran su tío, Paco y Pablo. Lo analizaron todo una y otra vez e incluso pusieron una video cámara escondida en la taquilla pero en los videos nunca se veía nada, nunca dejaba huellas, era tan hábil que parecía un fantasma. ¿De quien podrá tratarse?

Manuel estaba convencido que debía de tratase de alguien cercano, quizás un compañero de clase, un profesor, la cocinera, una antigua novia... Manuel dudaba de todo el mundo ya no se fiaba ni de su propia sombra.

En él ultimo anónimo decía: . Esto mosqueo muchísimo a Manuel, estaba seguro que esa persona iba a desenmascararle delate de todo el mundo.

Manuel estaba desesperado, rosa blanca le había dado un ultimátum, pero ¿por qué? ¿Abría pasado por alto algo? Manuel volvió a leer todos los anónimos uno a uno muy detalladamente buscando algún mensaje oculto que él no había sido capaz de descifrar.

Pero Manuel no encontraba nada nuevo por lo que decidió buscar ayuda. Le envío a Pablo los anónimos para que lo intentara. Y así fue, Pablo logro descifrar algo que Manuel había pasado por alto. En cada uno de los anónimos encontró un doble mensaje escondido. En esos mensajes escondidos había datos de unos de los casos que llevó su tío.

Cuando Manuel tenía 18 años, Elizabet su mejor amiga desde la infancia, murió en un incendio. Todas las pruebas del caso apuntaban a que había sido un accidente pero Manuel nunca lo creyó, por lo que juró que jamás descansaría hasta a averiguar la verdad, pero con el tiempo fue olvidándose de ello. Manuel recordó su promesa y se puso a investigar ese supuesto accidente que ocurrió hacía dos años, ese accidente en el que murió una persona muy importante en su vida

Pero... ¿qué relación había entre los anónimos y aquel accidente?¿Cuáles eran las intenciones de rosa blanca?. Nada tenía sentido, no lograba encontrar una respuesta a sus preguntas. Paco le proporcionó toda la información sobre el caso y Pablo... él le ofreció todo su apoyo. El detective Miller recordaba muy bien el caso, el incendio lo había dejado todo destruido, el cuerpo de Elizabet había quedado irreconocible tuvieron que reconocerla por la dentadura. ¿De verdad se trataba de su cuerpo?¿Y si no era ella la que había muerto en el incendio?¿Y si se trataba de otra persona?¿Y si todo fue un montaje? Todas estas preguntas se le pasaron a Manuel por la cabeza en un segudno. Pero si ese fuese el caso ¿por qué? De que se escondían los padres de Elizabet para tramar todo aquello. Todas estas preguntas y miles más se le pasaron por la cabeza una y otra vez. ¿Sería rosa blanca Elizabet o solo era el deseo de Manuel por verla viva otra vez?

Manuel se pasó toda la noche investigando sin parar y se olvidó que al día siguiente tenía un examen. Cuando llegó a la universidad había un nuevo anónimo en su taquilla. En la nota decía: . Pero... ¿cómo era posible que rosa blanca sé adelantar siempre a sus pasos?¿acaso lo vigilaba, tenía micrófonos en le despacho de su tío Miller? Pero era imposible, habían mirado de arriba a bajo todos y cada uno de los rincones del despacho y no habían encontrado nada.

¿Quién es rosa blanca? Se preguntaba Manuel una y otra vez. Desde que recibió el primer anónimo no ha dejado de preguntárselo. Sus sospechas eran muy descabelladas. Según él podría tratarse de Elizabet por lo que Torete pidió desenterrar el cuerpo y volver a hacer una nueva autopsia. Aunque no iba a ser tan fácil ni tan rápido.

De nuevo rosa blanca volvió a dejar un anónimo, este decía: . Este ultimo anónimo puso sobre aviso a Manuel queda poco tiempo para... ¿para qué?¿Qué se supone que iba a volver a repetirse? Muchas preguntas y las respuestas se encofraban en aquel informe.

Manuel recibió los informes del forense, en efecto se trataba del cuerpo de Elizabet por lo que sus sospechas habían sido anuladas. Manuel miraba una y otra vez las fotos, leía y sobre leía los informes pero no encontraba ninguna respuesta. El tiempo corría en su contra y los anónimos no dejaban de llegar, alguien le estaba avisando que algo malo iba a ocurrir pero... ¿cuándo y dónde?

Un nuevo anónimo llegó, pero ahora iba acompañado de una rosa negra y en la nota decía: ¿qué eran esos números y por qué la rosa negra? Todo estaba apunto de estallar. Esos números podían significas cualquier cosa. Una fecha, un teléfono... no dejaron ninguna posibilidad, pero no daban con la respuesta.
Manuel estaba muy cansado y se quedó dormido mientras examinaba algunos papeles. Al despertar había una rosa negra encima de la mesa del despacho y otro anónimo que decía: ¿Cómo era posible hubiera entrado sin ser visto por nadie y sin despertarlo?

De pronto calló de la repisa un antiguo anuario de Manuel cuando iba al instituto, el libro al caer se abrió por la mitad dejando al descubierto las fotos de su clase. Allí estaba la foto de Elizabet, la foto se la habían sacado un día antes de su muerte. Entonces Manuel se dio cuenta de que los números eran la fecha en la que Elizabet murió. El 12 de mayo del 2000 y según los informes el fuego había sido provocado a las 14:30 aproximadamente. Manuel miró el calendario (12/5/2003) era el día, fuese lo fuese que iba a ocurrir sería hoy a las 14:30h.

Manuel ya estaba cerca ya sabía que iba a pasar y cuando, ahora tan solo quedaba una pregunta sin respuesta ¿dónde?. ¿Llegara nuestro detective a tiempo para poder evitar el desastre?. La respuesta estaba en los números. ¿Qué significaban esos números? Manuel le dio vueltas y vueltas pero no conseguía averiguar que significaban esos números.

Eran las 13:00h tan solo quedaban una hora y media para el desastre. Pero ¿dónde iba a ocurrir?. Manuel estaba tan ocupado que se olvidó por completo que era el cumpleaños de Julieta y le habían preparado una fiesta sorpresa.

Las oras pasaban rápidamente y Manuel no conseguía averiguar el lugar donde estaba apunto de producirse el gran desastre. El reloj marcaba las 14:00 tan solo quedaban 30 minutos para el desastre y aun no había conseguido averiguar donde iba a producirse.

Uno de sus amigos que lo estaba esperando en la fiesta lo llamó , le preguntó Manuel incrédulo , < si... lo recuerdo pero se me había olvidad por completo... estoy muy liado con un asunto y... no creo que pueda llegar a tiempo> le dijo Manuel disculpándose como solía hacer siempre, y se corto la llamada.

Manuel no podía perder el tiempo, algo estaba apunto de ocurrir muy grave pero... la fiesta de su Julieta. Manuel encontró la invitación en la mesa del escritorio y ojeándola descubrió algo interesante. La calle del local estaba situada en la Avenida 512 en el antiguo edificio donde vivía Elizabet, tenía que ser allí, Manuel estaba convencido y tenía que intentarlo. Manuel llamó a la policía y a los bomberos y entonces salió corriendo hacía la fiesta.

Era hora punta y las calles estaban abarrotadas de coches, los conductores agobiados no paraban de tocar el claxon Manuel miró el reloj que ya marchaban las 14:15 y aun le quedaban tres avenidas por cruzar pero era imposible con el coche.

Entonces se bajo del coche y salió corriendo, pero se dio cuenta que corriendo no llegaría necesitaba un vehículo rápido. Y como caído del cielo vio la solución a sus problemas. Un repartidor de pizzas acababa de bajar de la moto para entregar una pizza, Manuel le dio un empujón y le quito la moto.

Como un rayo cruzaba las calles, los coches le pitaban y los conductores... En la fiesta todo estaba muy normal, los camareros del catering lo tenían todo preparado y solo quedaban 10 minutos para las 14:30.

De pronto Manuel entraba agitado y nervioso. El local estaba abarrotado parecía un concierto de Sergio Contreras, había asistido media universidad y para que no cundiera el pánico Manuel decido callar y intentar evitar el desastre.

Manuel miró el reloj, marcaban las 14:25h ya quedaba poco para el desastre. Pero... ¿cómo se provocaría el incendio o quién? Se preguntaba Manuel. Los minutos pasaban .

Julieta acababa de entrar y todos gritaron de repente Manuel vio algo extraño en uno de los camareros. Uno de ellos llevaba tatuada una rosa blanca en el brazo. ¿Sería él el que provocaría el incendio o era él al que tendría que salvar?.

El reloj acababa de marcar las 14:30h y de repente a Manuel le vinieron unas imágenes a su cabeza, era como si hubiera retrocedido al pasado y estuviera viendo una película en su cabeza de repente Manuel volvió de su sueño, miro el reloj, este marcaban las 14:29h ¿cómo era posible?.

Tenía que tratarse del mismo, la rosa blanca en el brazo eran idénticas, pero... como iba a probarlo si el no estuvo allí, nadie lo creería. Entonces se acercó al camarero y le dijo: y este respondió pero Manuel insistió y este respondió ,, el camarero se puso nervio respondió tartamudeando, le escupió Manuel con desprecio y este no dijo nada pero Manuel volvió a atacarle este respondió con una amenaza le respondió este en defensa.

Pero Manuel tenía un AS en la manga dijo Manuel sacándose una grabadora del bolsillo .

Se escucharon las sirenas de la policía, por fin habían llegado. El camarero asustado se sacó una navaja del bolsillo y se abalanzó sobre Manuel entrando en una dura pelea. Los chicos de la fiesta se asustaron al ver el alboroto y salieron corriendo del local.

Los dos seguían peleándose pero la policía llegó a tiempo para quitárselo de encima, la verdad es que el camarero era un hombre bastante fuete y le dio una buena paliza a Manuel pero gracias a Dios que nada malo había sucedido. Los policías salieron del local y Manuel se quedó allí sentando un rato, miro el reloj y marcaban las 14:35h. Manuel había evitado el desastre y a demás pudo cumplir la promesa que una vez le hizo a Elizabet, descubrir la verdad. Ahora que Manuel sabía toda la verdad, Elizabet descansaría en paz.

La fiesta acabó siendo un desastre pero eso no impidió que la fiesta siguiera, Manuel y los chicos se fueron a seguir la fiesta en el Burguer. A la mañana siguiente cuando Manuel fue a abrir su taquilla encontró otro anónimo con una rosa roja, la nota decía:

A partir de ese día Manuel no volvió a recibir ningún anónimo y todo volvió a la normalidad. Por fin sus preguntas ya tenían respuesta, todas menos una. ¿Quién era rosa blanca? Esa pregunta quedó en el aire sin respuesta.


FIN

Texto agregado el 25-07-2011, y leído por 172 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
05-06-2012 Lo interesante de las novelas policiales, es cómo el lector puede seguir distintas pistas en busca del criminal, y el escritor, guiarlo por laberintos y engaños para que no dé con el acertijo. Acá te guardas las pistas y acertijos, incluso, omites diálogos entre el camarero y Torete, lo que creo que no es opción, sino incapacidad. Aún así, buen relato pero de otro género. Newen
 
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