LA MUERTE DE UN SER QUERIDO
Mientras pensaba en el dolor que sentía al ver a mi hermano agonizar y no poder ayudarlo, me consumió un terror, ¡no podía ser!
El tan solo pensar en que perdería a mi hermano, al que mas quería y al que hizo función de madre y padre en mi vida. Desde que yo era pequeña el me cuidaba. Mis padres nunca estuvieron conmigo, el siempre me atendía y curaba mis heridas físicas y psicológicas. Que sentido tendría la vida si mi mejor amigo del mundo y mi única familia iba a morir. El tan solo imaginar que dejaría de respirar, que ya no habría risas de las cosas que decía mal y que ya no habría con quien conversar me llenaba de un miedo inefable.
En la sala de espera me quede dormida con lágrimas en los ojos.
Al día siguiente el doctor hablo con mis padres y ellos me dijeron que me despidiera de el ya que solo le quedaban unos días o tal vez horas.
¿Cómo despedirme de el? Esta noticia me cayó como si me hundiera en el mar a lo más profundo del abismo. Nunca había pensado en el día que mi hermano muriera, ¿Qué decirle por ultima vez?, aquellas palabras me llenaron de nostalgia y tristeza, si le decía lo mucho que lo quiero, no eso ya lo sabe, recordar momentos felices, no, no se que decirle.
Sabía que cada minuto contaba y yo los estaba desperdiciando. Me dirigí con pánico al cuarto donde estaba, sentía que un moustro estaba dentro de mi estomago, la angustia aumentaba cada vez que daba un paso. ¿Qué hacer, llorar? No el deprimirme no funcionaria, además a mi hermano no le gustaba verme así, respire hondo y al llegar a la puerta vi. a mi hermano en muy mal estado. No pensé más y le di un fuerte abrazo. Lo mire y unas lagrimas salieron por sus ojos, se acercó a mi y susurro,-gracias por se mi parte de mi vida. Un instante después serró los ojos y su corazón dejo de latir.
Salí corriendo de allí, camine sin rumbo, pensando en que el terror mas grande de mi vida se había hecho realidad, la gente me miraba de forma extraña pero a mi no me importaba, ya no tenia nada.
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