Señor sol
Señor sol, puede a caso, exprésale a mi corazón, así ¿donde, fija el resplandor de su mirada? cuando la noche lo aparta de mi vista.
Puede a caso, compararse el resplandor de la mirada de la luna en la noche.
No de ninguna manera, extraña me siento cuando cae la noche, pensativa duermo, ¿asía, donde se dirige esa mirada que me enloquece?
Todas las madrugadas, me despierta su penetrante mirada.
Ayer me propuse, no pensar más en usted.
Puedo a caso en su silencio, con esa penetrante mirada, estar satisfecha, ¡no, me hacen falta las palabras!
No insista más, me esconderé por las mañanas e ignorare, nuevamente su resplandor, por que mi corazón se encuentra, molesto con su silencio.
No me vasto su mirada, solamente, anhelaba escuchar, por lo menos un susurro de su boca.
Pero después de tres días de observar que los días se tornaban nublados, con más frecuencia en las madrugadas, que la neblina, se apoderaba de las primeras horas y que la mirada del señor sol, se tornaba tenue, que las noches eran más oscuras.
Interviene susurrándome, en la noche, la luna, ¿no entiendes?
¡Que a ti es su lealtad y el amor de su mirada!
Que dejándolo sin palabras, por que le alientas, el más profundo amor, cada día, con sus rayitos, te iluminaba, creando a tu alrededor, flor del campo un ambiente agradable y su cuidado, es mejor que una palabra de su boca.
Flor no te escondas de su mirada, que no vez que los días se tornan tristes, que las madrugadas ya nos iguales, por que tú, ya no contemplas su mirada.
Entonces yo flor del campo, entendí, que sus hechos me expresaban su intenso amor, que me gritaba, todos los días con sus rayos su amor y ternura.
Entonces decidí, nunca más me esconderé de su hermosa mirada.
Pues hace que mis días se llenen de inspiración.
Que las horas del día, parezcan tan cortas.
Que las noches perezcan eternas, por que me falta, su mirada de sol brillante.
Que se refleja cada madrugada en mi rostro de flor.
Desprenderé mi mejor aroma, sonreiré todas las mañanas, recordando que el sol, también espera el día para, que su mirada nuevamente penetre mis pétalos y los abrase con su cuidado y su luz.
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