Terror en el estadio
Cristopher llegó nuevo a una escuela la cual se llamaba “Edgar A. Poe” en honor al gran escritor de terror que logró que jóvenes y adultos no durmieran después de leer una de sus historias. El estaba en el 5to grado y era uno de los mejores expedientes del colegio, es su tiempo libre escribía relatos de terror para el diario escolar, los cuales eran muy solicitados por los alumnos y por los mismos profesores que terminaban felicitándolo después de cada cuento ya que eran rotundamente escalofriantes. Incluso participaba en los concursos de literatura y siempre ganaba el 1er lugar.

Cierto día conversando con unos amigos, le propusieron unirse al equipo de fútbol de la escuela, éste no lo pensó dos veces y aceptó, sus colegas alegres por la nueva noticia le dieron la dirección del estadio donde entrenarían esa misma tarde.

Al día siguiente después de las clases y haberle entregado a la editora, el que sería su próximo éxito, se fue a su casa, se cambio de ropa, tomó la merienda y acto seguido salió para el estadio.

Al llegar ya estaba todo el equipo calentando, alegremente saludo a los amigos y se incorporó a los ejercicios. Cuando terminó el calentamiento empezaron a jugar y para eso se dividieron en dos grupos “los rojos” y “los negros”, Cristopher jugaba en este último y era delantero centro, por más que lo intentaba no lograba anotar un gol. En la última jugada del entrenamiento Cristopher toma el balón, adelanta y logra poner la pelota en el noventa de las redes, empezó a gritar como loco de la emoción, cuando de pronto una espesa neblina cubrió todo el campo y unas sombras entraron al partido, Cristopher aterrado por el extraño acontecimiento corrió despavorido hacia las gradas chocando, en el trayecto, con lo que parecía una armazón de huesos vistiendo ropa deteriorada de futbolista. Estremecido por el miedo, corrió aún más con los ojos cerrados para no ver, volviendo a tropezar, esta vez con sus compañeros de equipo, no menos asustados, para después salir corriendo del lugar.

Al día siguiente aún traumatizado con el suceso anterior, después de las clases habló con el comisario el cual se rió de lo que decía Cristopher ya que no le creía. Intentó con su madre pero ocurrió lo mismo, ya cansado decidió realizar un último intento con la profesora de español la cual no creía hasta verlo con sus propios ojos. Entonces tomó su balón y fueron al estadio, donde estuvieron sentados casi dos horas pero no aconteció nada, así que vencido se fue a su casa y se acostó en la cama. ¿Por qué no salieron los espectros, por que no?-se preguntó toda la noche pero no encontró respuesta alguna.

En la escuela, en las clases de historia y matemáticas se quedó dormido y en el recreo sus colegas le contaron que la final de fútbol se iba a hacer en El estadio maldito pero no le importó y cuando sonó el timbre del regreso a clases se acordó que los espectros habían aparecido después de la anotación de su gol. Ya con la respuesta se lo dijo a los del equipo y todos decidieron no dejar que ocurriera ninguna anotación en la final por lo cual se encargaron de entrenar fuerte para los partidos que vendrían recientemente.
Pocos meses después comenzaron las competencias y por suerte llegaron invictos a la final pero tenían que competir con el mejor equipo de la liga Los Dragones. El día de la final todos tensos por el partido salieron a la cancha y Cristopher tomo la portería. El partido dependía de él, por lo cual estaba muy nervioso. En todo el partido no hubo ninguna anotación y en el último minuto, Los dragones anotaron un gol sin saber el daño que habían ocasionado y la catástrofe que acontecería.