Cada atardecer llena de ensueño mi vida,
recorriendo miles de pensamientos
que me llevan hasta ti.
La brisa de la primavera golpea
suavemente mi cara y escucho
el susurro del viento que trae
tu nombre Luis, dulcemente Luis.
Miles de estrellas iluminan el camino
que me llevan a ti,
y el corazón rebosante de alegría
expresa
las más bellas melodías al saber que
me amas como te amo yo.
Dios eterno, bendito Dios, gracias
por darme la felicidad soñada junto
al hombre que siempre he amado.
¡Te amo Siul!
Texto agregado el 16-07-2011, y leído por 134
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