Alia nunca se sentía sola, cada vez que visitaba sus aposentos y se sentaba alrededor de su coqueta, miraba al espejo.
Un espejo brujo que trás su luna mantenía el poder de la adivinación.
Algunas noches necesitaba consultar con éste, un amor que llegaba, otro amor que se iba, algún caballero que la hacía la corte y que no sabía bien hasta donde querría llegar, etc, etc.
Alia comenzaba a suplicarle con algunas frases que la ayudara a ampliar sus horizontes, a despejar que amor era el que la podía corresponder mejor:
"Espejo, espejo, cuéntame la verdad, detrás de ese cristal tienes magia y bondad".
"Dime algo que me pueda ayudar, alúmbrame en este camino lleno de dudas a quién crees tú que debo en verdad amar".
"No me pidas que me vaya con aquél que el poder ya compró, solo necesito a un hombre que mi corazón ilumine y que me ame por quién tan solo soy Yó".
"Te dejaré pensar ó tal vez ya lo sepas y no me lo quieras anticipar, pero no podré salir esta noche tranquila si no es con algo de tu ayuda".
"¿ Me ayudarás verdad ?. Siempre lo haces. Traigo a quién me dices y soy feliz con él".
"Que pena que el amor dure lo que dura. Tan solo la llama arde una luna, una llama que ya no quemará otra vez igual".
El espejo escuchó atento y cuando Alia terminó comenzó a escribir en letras de carmín sobre su gran luna.
"Querida Alia, ¿ Por qué debo decirte siempre con quién a tu morada has de llegar? ".
"¿ Es que no te marca el camino tu corazón ó ya te has quedado tan ciega, que no puedes ver más allá del cristal de mi luna ?".
"Hay dos hombres que te esperan, pero hoy te dejaré que eligas por tu instinto humano, ese que vas atrofiando cada noche que te sientas frente a Mí".
"Ve tranquila y observa a ambos, uno de ellos no parece lo que es, ten cuidado porque te intentará acosar".
"El otro es inofensivo, te amará de verdad, pero no diré ningun nombre, escoge por lo que tu corazón te hable".
"Esta noche volverás a casa con uno de los dos, la elección es fácil, cualquier mujer sabría escoger, espero que lo hagas, pues te estaré observando ...".
Alia se quedó muda, no sabia que contestar.
Trás un momento de reflexión pensó que el espejo tenía razón.
Trás borrar las letras carmín se puso su abrigo de pieles y salió en su flamante Mercedes hacía la fiesta de esa noche.
Llegó y en medio del glamour se introdujo en el salón de la gran mansión Tenoha.
Trás elegir bebida y algún que otro canapé, se dirigió a un sofá y se sentó.
Esperó mientras escuchaba la música a que algún hombre apuesto llégara y se sentara junto a ella.
Pero el tiempo pasó y nadie a ella se aproximó.
"Extraño realmente, pensó para sí misma, mi espejo me dijo que esta noche no volvería a casa sola".
"Hmm iré al jardin a respirar aire fresco y a fumar un cigarrillo, espero que las cosas estén mejor por allí", dijo con ánimos.
Alia se dirigió hacia una pasarela y sobre ésta se apoyó.
Sola en la noche brillaba hermosa en su vestido azul bajo la gran luna blanca.
Se encendió un cigarrillo y comenzó a fumar de una manera provocativa.
Había un hombre que no la quitaba ojo desde el mismo momento en que al jardín salió.
Se separó del grupo de amistades en el que se encontraba y se acercó a Alia.
"Buenas noches bella dama, ¿ Qué hace una mujer tan hermosa sola en el jardín ?", se presentó cortés.
"Buenas noches, llegué sola y me aburría en el salón, salí a tomar el aire y a fumar", contestó Alia.
"Vaya, así que esta sola en verdad, podemos dar un paseo y charlar un poco, si no la parece mal", comentó sonriente el hombre.
"hmm, me parece bien, vayamos por ese sendero, ¿ de acuerdo ?", respondió Alia con decisión.
"De acuerdo, usted primero por favor", la indicó cortés el hombre.
Trás un rato de andar y de intimidar sobre sus vidas, el hombre se paró, la miró y la intentó dar un beso.
Alia sobresaltada por la reacción del hombre lo apartó a un lado y bajó una pequeña escalinata que daba al parking de la mansión.
Cuando llegó al final de la escalinata se encontró con otro hombre que salía de su vehículo.
Este al ver a Alia sofocada y con la respiración acelerada se la quedó mirando extrañado.
"Buenas noches, ¿ se encuentra bien ?", preguntó el hombre a Alia preocupado.
"No, no me encuentro bien, acaban de acosarme en el jardín", respondió Alia con lágrimas.
"Vaya, eso no es muy agradable realmente, si lo desea la puedo acompañar al salón de nuevo ó a su coche si lo prefiere usted", dijo el hombre de manera galante.
Alia se le quedó mirando, desde luego era un hombre muy apuesto y nada que ver con quién hace un momento estuviera paseando.
Alia se acordó de pronto de lo que su espejo la comentó.
"Este debe de ser el hombre de esta noche en verdad", se dijo iluminada.
Se secó las lágrimas con un pañuelo y le dijo: "No quiero ir a mi coche todavía gracias, ¿ me acompañaría al salón si es tan amable ?", le respondió con una sonrisa.
"Por supuesto, no faltaría más, no la dejaré sola para que venga de nuevo cualquiera y vuelva tener otro altercado como el de antes", dijo el hombre invitándola a cogerse de su brazo.
Alia se cogió del mismo y comenzó a subir la escalinata apoyada en éste.
Una vez en el salón, Alia pidió una copa e invitó al hombre a que cogiera otra para él.
Se sentaron en uno de los sofás y el tiempo comenzó a correr para ambos ...
Cuando la fiesta estaba llegando a su final, el hombre se empezó a despedir de Alia.
"¿ Ya se vá ?, ¿ Quédese un poco más por favor, es usted un hombre tan amable y divertido ...", dijo Alia con cara de tristeza.
"Verá Yó me tengo que ir, no esperaba encontrarme con alguien como usted aquí, la mayor parte de las veces estas fiestas son aburridas, no hay nadie inteligente para hablar de verdad", observó el hombre con cierta discreción.
"¡ Lo vé !, esta noche no puede irse como siempre, Yó puedo conversar con usted de esa forma, es más le progongo salir de aquí y tomar la penúltima copa en mi casa", alegó Alia con una gran sonrisa.
"¿ En su casa ?, ¿ se fía de un hombre después de lo que esta noche la pasó en el jardin ?". Preguntó sobresaltado.
"Verá, hay dos tipos de personas, hoy lo he comprobado claramente, usted no es de esos tipos cómo el del jardin, creáme". respondió con tranquilidad Alia.
"De acuerdo, gracias por su confianza, no la defraudaré", contestó sonriente a Alia.
Llegaron al Mercedes de Alia y el hombre preguntó: "¿ y mi coche, no lo pensará dejar aquí, verdad ?", inquirió el hombre con cara de interrogación.
"Hmm mañana le acercaré y lo podrá recoger, creáme no es el primer coche que "duerme" en la mansión Tenoha", respondió Alia con resolución.
"Esta bien, usted parece conocer mejor esta mansión que Yó. La haré caso", dijo el hombre más tranquilo.
Llegaron a casa de Alia y trás ofrecerle una copa al hombre y proponerle que se pusiera cómodo, Alia fué a sus aposentos.
Allí estaba el espejo rodeado de luces que adornaban toda su luna.
Alia se sentó frente al mismo y le preguntó:
"Bueno, ¿ qué tal lo hice ?, pienso que la noche salió como tu dijiste, ¿ no es así ?", preguntó Alia a su espejo ilusionada.
El espejo escribió solo una frase: "Enhorabuena Alia, cásate con él, no busques más, has dado con el hombre de tu vida".
Alia se quedó paralizada y preguntó: "¿ Estás seguro de ello ?, ¡ no me lo puedo creer !", dijo saliendo en dirección a la salita donde el hombre la esperaba.
El espejo apagó las luces que le rodeaban y empezó a descansar, por fin su querida ama encontró el amor de verdad.
Escrito por Carlos Them.
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