Vulgar resulta decir que has vivido en mí, que no ha sido posible el olvido. Las evocaciones se desatan, caen cuando menos espero como cuentas tristes de un valioso collar.
Leí tus cartas en el primer año de tu alejamiento , las ajé con mis manos buscando tu calor, con mis besos buscando los tuyos, las desleí con mis lágrimas, dejando en ellas mi huella, buscandote para sobrevivir.
Te rememoro mirándome al espejo, te hago sentar. Si,¿Que pasa? Soy la que quedó plena de amor . Y tu me olvidaste. ¿Cómo se hace para borrar pasados? ¿Por qué la luz no llega a mí? L e exijo respuesta a tu rostro que está en el espejo. No has cambiado, estás igual que en aquellos días de lluvia fina o de sol cálido.Tu sonrisa y tu mirada me dicen mucho,pero no oigo tu voz. En cambio en mí cabellera hay hebras de luna.No soy tan joven como tú te ves.
Estoy muy confundida. Te divisé en el extremo de un vagón del metro,deslizándome presurosa entre la gente, logré llegar y no eras tú. Desde una mesa en un café me obsesioné con las manos del guitarrista. Mis ojos fijos en ellas acercándome, pero no, las tuyas eran diferentes.
Te busqué en el olor de la vieja citrola; en el ágil paso del hombre joven; en el aroma de un perfume varoníl; en el olor que dejaba el cigarrillo en tus manos y en las mías, en tu olor.Te busqué...
Te esperé despues del silencio del olvido. ¿Alguna vez recordaste mí risa, mi voz, mis sueños, mí entrega?
Este vivir vacío no me deja recuerdos y quiero olvidar lo que tu olvido me hace.
Mí juventud va al galope. Me doy cuenta que soy aún tierra fértil sin arar,molino que no recicla grano porque el agua se secó como las lágrimas de mí soledad. Ensucié esta en la locura de tenerte, buscándote en el torrente de pasiones ajenas, en la oscuridad de una habitación rápida, en el olor del humo del cigarrillo de otros hombres. Encontré tu fuego, tus caricias, pero no el aroma del hombre amado. Hasta creí sentir la fragancia de la flor del ciruelo a través de la ventana cerrada.
Cedió mí delirio y lo inesperado se hizo realidad, pensar en tí sin dolor sin desearte.. Mí corazón se muere al volver a verte y una làgrima moja el desierto del recuerdo sin aromas, tu esquiva sonrisa trata de ocultar una ausencia dental y una cabellera descuidada. Miro dentro y fuera de mí, siento mi fragancia de mujer, lo único real. Esquivo un sollozo.
Silvia Parra B.
2001
Trabajo de Taller Literario La Barraca. |