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Los afilados cuchillos clavados en la espalda de aquella joven mujer le indicaban que aquel suceso solo podría venir del obscurantismo o que se yo el mismísimo satanas. Pensaba en quien podía haber traspasado las fronteras de su odio hacia ella, no tenía enemigos, ni muchos amigos pero eso no era un problema todo lo contrario, sentía un dolor prolongado y crítico, tenía que curarse de inmediato, y después había que hallar indicios de quien había cometido tal atropello contra ella, su mente no estaba más que en el suceso ocurrido, ¿a quién le había hecho tanto daño??, o con que persona insana se topo alguna vez?, debía internarse en las penumbras de esta ciudad , tal vez los lugares más
a los que no va la gente que no tiene problemas, de los que alguna vez supo por casualidad, ya estaba en esto y era propicio
hacerlo, no en balde esas heridas que le provocaban tanto dolor, debía aniquilar al mal con el mal eso ya estaba predicho, cubrió sus heridas como
pudo , se vistió y supo hacia dónde dirigirse para su sorpresa, alguien en el camino ya
la estaba esperando, -sígueme- fueron sus palabras secas, ella lo siguió y entre puestos
atestados de ropa y alimentos entre olores y ruido de muchedumbre todo empezó a
dar vueltas, el tipo abrió una puerta de las múltiples que se hallaban en aquel
vecindario, llego con otro de aspecto misterioso le dijo algo en secreto y después le
preguntaron si tenía dinero, ella ya iba preparada así que asintió con la cabeza y empezaron aquel ritual oscuro, le curaron las
heridas quedándose ella atónita pero ya repuesta del dolor, les dio algunos billetes y se marcho uno de ellos le indico antes de cerrar la puerta -todavía
puedes sufrir más si no encuentras lo que estas buscando-, ella puso demasiado atención a estas palabras por lo que se quedo pensando un buen momento en ellas como si de repente le ofrecieran una respuesta a lo que le estaba pasando, su mente divago y en tan solo un instante se hizo demasiados cuestionamientos ¿buscando qué? ¿Por qué le había
estado pasando todo eso? No tenía las respuestas así que fue a buscarlas, entro a otra
vecindad y una persona de aspecto bastante desagradable le abrió la segunda
puerta, esta vez una mujer sin mayor preámbulo le cito el nombre de su
muñeca. –¡Margaret!!, debes traérmela pronto, ten mucho cuidado muchacha-
y con esto la saco de ahí totalmente desencajada y con una enorme respuesta para su
mayor pregunta, lo supo ahí. Ayer que decidió hacer el nuevo redecoro de su alcoba, pensó para si que ya era hora de tirar a sus muñecas pues ya estaba bastante “grandesita” como para eso.
-Basta de muñecas ya no quiero ni una más- se dijo con tristeza al arrojarlas a todas en el ático, ya estaba a punto de terminar la nueva decoración cuando se tomo un descanso y algo de repente visualizo en la cama, era su muñeca Margaret solo pensó -Rayos! ¿Qué no las
había subido ya a todas?- se rasco la cabeza sin obtener respuesta pensando que quizás se había confundido, a la vez que decidió que se quedaría solo con esa , así que debía hallarle un lugar ya todo estaba ocupado, por falta de espacio decidió que la colgaría de la pared, así que busco las herramientas necesarias e incrusto dos ganchos en su parte blanda de la espalda hecha de lana y la coloco ahí, por lo que solo recuerda que se recostó en la cama con la imagen de Margaret su muñeca y no supo nada hasta el otro día, ahí estaba, Margaret no era otra cosa
que una muñequita vudú nadie se la había regalado, ella la había comprado en aquella
misteriosa tienda que solo abrió por un día y ahora por ello debía cargar con aquello o
deshacerse de Margaret inmediatamente, lo pensó solo por un instante quedarse con
ella y cuidarla como a su propia vida que eso era después de todo, pero lo que hizo
fue tontamente todo lo contario , salió de casa con Margaret en una bolsa negra y cayó en la cuenta aunque ya
demasiado tarde, estaba asfixiándose a ella misma por lo que cayó desmayada y soltó la bolsa, la
bolsa al caer se abrió , Margaret respiro y ella también pero en todo este movimiento y
confusión alguien más vivo huyo con la bolsa y Margaret dentro, volvió a desmayarme y
pensó que eso sería la muerte , imaginarse solamente que esa persona arrojara a
Margaret a la basura y no se cosas peores, pasaron los días y ella se olvido de aquello no
quiso volver a hallar las respuestas, no quiso volver a buscar a Margaret . Aunque solo tiene una certeza. Sabe
que Margaret está en manos de una hermosa niñita porque siente que por las noches
alguien acaricia su cabello .....


Texto agregado el 13-07-2011, y leído por 96 visitantes. (0 votos)


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