Este era un sueño extremadamente extenso que ha tenido un señor, soñaba que estaba en un callejón muy oscuro y no veía totalmente nada. El solo decía:
-Hay alguien aquí.
-¡Respondan por favor!

Solo se oía el. Ha sido un sueño muy terrible. De repente se oye un relámpago que cayó un poco más adelante del señor y rasgo el suelo en dos. El señor tenia tanto miedo que estuvo que correr aunque este oscuro, pero tropezaba con algunas piedras, luego llego a una casa, se veía ya claro. La casa no tenia personas adentro, sino él en ese apestoso hogar todo lleno de podredumbres, cuadros ya muy viejos, el nada más se quedaba asombrado y decía que donde estaba, hablando con sus propios pensamientos porque nadie lo acompañaba.

Aparece más tarde otro señor que le dijo:
-¿Qué usted hace aquí?
-¡Lárguese de inmediato, este es un lugar de muertos!

Al ver que le dijeron así, se asusto aun más todavía.
Decía asustado:
-Señor es que no tengo donde ir.
-¿Cuál es su nombre?

Él le responde:
-Ya te lo he dicho, yo soy la Muerte, así me dicen porque cada vez que encuentro a alguien lo asesino.
-Así es que, si no quieres morir, ¡lárguese, rápido!

Asustado con el corazón casi saliéndose, tuvo solo que irse lo más pronto posible. En ese momento despertó muy sudado y cuando abrió sus ojos sucedió lo mismo del sueño (su mente tenía serios problemas, que cada vez que se imagina algo se crea de verdad).

Se vio muy oscuro, se dio cuenta de que se había dormido en el callejón, decía las mismas palabras, se oyó el relámpago, luego corrió y empezaba a tropezar con las piedras, la casa por igual y encontró al otro señor, que estaba al punto de matarlo y diciéndole que se largara.

Ya después que había sucedido todo eso él se quedo pensando:
-Es verdad, este sueño se hizo realidad.
-Tendré que pensar en otro sueño más lindo, para que no ocurra nada grave (empezó a maquinar en su imaginación otro mas agradable)

Pero algo más que no era del sueño fue que el señor muerte quería perseguirlo para matarlo, y esto gracias a Dios no pudo llegar a realizarse porque ya el señor del sueño iba muy lejos de él.

Se durmió en aquel momento y se soñó todo lo contrario a lo soñado anteriormente. Soñaba que el callejón es claro, no vino el rayo sino una luz del cielo. No tropezaba con las piedras y cuando fue a la casa encuentra muchas personas humildes y sencillas, y lo reciben con mucha alegría, lo ayudaban por cualquier problema que tenía el señor. Una de las personas le pregunto:
-Dinos ahora, ¿Cómo usted se llama?
Él le responde:
-Mi nombre es Leonardo, estoy a las órdenes.

De pronto se despierta muy feliz y ese sueño llega a hacerse real. Vivió una vida muy ordenada y limpia con toda su familia.