Aburrida tarde de domingo
Es domingo, aburrida tarde, como cualquier otra tarde de domingo. Desde mi habitación escucho los gritos que salen del televisor. Abro un libro no puedo leer. El calor apremia y yo sin ti mi bien.
Abrazo mi almohada y en mis pensamientos tu nombre, respiro profundo, en el aire tu perfume, cierro mis ojos, poco apoco me transporto a otro mundo a otra dimensión, siento tu calor, siento tus manos sobre las mías, tu aliento sobre mi piel, se estremece mi alma, he escuchado tu voz que me dice ¡ mi amor, mi bien!.
Goce, goce, y goce, tanta felicidad alcancé, que te tuve entre mis brazos sobre un lecho de amor, donde los pétalos de las rosas con bellos colores envolvían nuestros cuerpos, y su perfume embriagaba nuestro bello nido de amor.
De pronto suena el teléfono, del sueño volví a la realidad, triste realidad no estabas voz. Al contestar, ¡Que alegría! ¡Era tu voz! , que con emoción me contabas que en esta tarde de domingo, habías soñado conmigo.
Estábamos en un lugar muy remoto en otro mundo en otra dimensión, era tan real que me podías sentir, me podías ver, oler, oír, me veías vivir.
No supe que contestar, ¡me estabas contando lo que unos instantes atrás, había vivido ya!
Con voz sollozante, llena de felicidad, a duras penas te pude contestar:
Mira vida mía, he vivido el mismo sueño, hemos sido los dueños de otro mundo de otra dimensión, hemos vivido el mismo sueño en alas del amor.
Sorprendido me contestas ¡te amo mi amor! ¡Aunque lejos, siempre estamos al unísono los dos!
.*N.N*.
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