FLORES A UNA VIRGEN
(soneto alejandrino)
La doncella era virgen, cuando llegó a mi lado
Y virgen siguió siendo, hasta su matrimonio;
Eso puedo jurarlo y por lo más sagrado,
Aunque yo fuera casi como el mismo demonio.
No era rica de estirpe ni había de sobrado,
Pero a mí me entregaba su mejor patrimonio,
Una rosa sin tacha y sin pizca de ajado,
Cual la tuve pedida al mismo San Antonio.
Paseé esta mañana, la calle Diego Almagro,
Do un día, me entregara su hermosa floración
Y, agora que ser virgen, es como un gran milagro,
Que las niñas, el sexo lo dan a discreción,
A mi “virgen”, dedico mi poema y consagro,
Porque siempre fue digna de amor y devoción.
EMILIOSALAMANCA
12 julio 2011
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