Sentado refinado con una soda junto a la carpeta,
… maldita carpeta.
La sala de conferencia en el trigésimo piso,
justo arriba de todos los sueños humanos.
El data proyectando los cuadros estadísticos,
yo apuntando las columnas precisas con mi sofisticado lápiz - láser…
hablo conceptos técnicos,
quizá porque soy un fuck tecnócrata,
me pagan bien y no me quejo.
Las sillas rojo concho de vino,
la alfombra lanuda azul Prusia,
la mesa elíptica caoba - lacada,
los señores del dinero contenidos en sus trajes brillantes – metal,
como “escafandrados” en sistemas alambritos internos.
La rubia ejecutiva sueca cuyas piernas podrían abarcar el mundo,
y me observa un poco lasciva,
¿qué no se da cuenta de lo que digo?,
… aunque acabe el mundo hoy me la tiro.
Finalizo la exposición de los activos del holding,
preciso: los desaparecidos activos del holding,
oigo un resoplido y una queja sorda,
reconocible gesto pre – infarto,
algunos “escafandrados” se incorporan con dificultad,
un poco aturdidos,
uno de ellos me hace añicos en su mirada desesperada,
la rubia desliza una tarjeta con un numero telefónico,
y el vetusto hombre dueño del imperio económico pregunta:
“¿Cuándo anunciamos la nueva crisis mundial?”.
Me importa un carajo,
soy un fuck tecnócrata que ya decidió ir por la rubia…
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