Al final de la calle se encuentra esa casona que solo el saber que se tendrá que caminar en frente de ella hace latir el corazón a mil por hora, parece ser que habita ahí un demonio, pero yo he llegado a la conclusión de que la casa es el demonio mismo, pues cuando sueles pasar por ahí sientes que te está mirando hasta traspasar todos tus huesos dejándolos corrompidos y sin fuerzas, casi siempre resopla un viento y parece ser como si ese sonido fuera el único que se pudiera oír sobre la faz de la tierra ...
Estando en mi propia casa a punto de tomar un buen descanso que buena falta me hacía, mi alma se ha quedado perpleja al escuchar que mi madre hurga en la cocina algo para darle de cenar a mi hermanito, el ultimo blanquillo tibio que sobraba me lo he comido yo y si antes me lo había devorado sin culpabilidad alguna ahora lo que pesa sobre mi además de eso es una enorme congoja, pues lo adivino, mi madre me mandara a comprar algunas cosas y exactamente en la hora en que la oscuridad de la calle hace que la casona se vea tan imponente que sea imposible dejar de echarle un vistazo y en ese pequeño instante en que la vea ....lo sé!, se me ira la vida!
- ¡¿porqué es tanto el terror que me causa?!- mi madre al notarlo ha llegado a la conclusión de que tendrá que acompañarme, iremos los tres con paso veloz y la mirada viendo al piso, nunca levantarla oigamos lo que oigamos…
Nos hemos abrigado bien y hemos salido, mi corazón casi se sale de mi pecho...
A través de esa larga calle que acordona a la enorme casa es como si los ruidos de las demás calles se eliminaran por completo y solo se oye ese maldito viento que desquebraja nuestros corazones, solo escuchamos como nuestros pasos se pierden en la oscuridad, hemos llegado pues hasta el umbral de la puerta, entonces ha ocurrido algo que no tenía contemplado y ha hecho que en ese mismo instante me dé un vuelco en el corazón, mí hermanito ha exclamado -la puerta está abierta hay que entrar- y yo solo he podido escapar
un respiro de resignación aceptando pues que habremos de morir yo y mi hermanito pues después de esto me será imposible dejar de voltear hacia la estructura demoniaca, me he pasmado, mi hermanito y mi madre están mirando ya, sin vida, inhumanos, inertes a cualquier movimiento o revolución, solo tienen esa gesto demencial en todo su rostro y esa mirada que se ha perdido ya, que ya no tiene alma ni sosiego, siento que el terror y desosiego me invade a mi también antes de tan siquiera dirigir mi vista hacia ese lugar
-¡¿porque esta abominación tuvo cabida en este mundo?!-
El resoplido ahora se escucha más fuerte y ya siendo inevitable, mi mirada se ha cruzado con aquella casona...
Ahora los tres hemos quedado petrificados del otro lado de la acera, cuando de pronto hemos visto como de la puerta salen nuestros propios cuerpos despavoridos y con el rostro desencajado y en nuestro intento por alejarse de aquel horror han sucumbido ante un coche que venía a una velocidad demencial…
Ahora los tres hemos quedado petrificados del otro lado de la acera, y así petrificados solo hemos podido emanar lágrimas al observar nuestra propia muerte...
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