Mi vergüenza me basta
para mi infierno solitario
para mi corazón en el abismo
para mi lágrima infinita
en recorrida de mendiga
por los surcos ardientes
de mi orfandad humana.
Mi vergüenza me basta
para morir de sed en el desierto
para sangrar mi piel junto a la escarcha,
para acallar mi voz
en grito enmudecido
por los ángeles represores
de la culpa.
Mi vergüenza me basta
para curvar la espalda
para partirla en dos por la madera,
para cerrar los ojos
en la intimidad del dolor y de la pena
por la sola y única propiedad
de mi condena.
Mi vergüenza me basta
No necesito tu voz, ni tu palabra.
Texto agregado el 18-07-2004, y leído por 309
visitantes. (9 votos)
Lectores Opinan
08-07-2006
Tu realidad hecha palabra de tan auténtica quema como una llama viva. ***** walker
19-06-2006
Lo he vuelto a leer. La orfandad humana, la culpa y la condena. Muy bueno. Se hacen carne en mí tus palabras. bits
28-03-2006
Muy sentido. Creo que es una poesía bien lograda, tiene orden y está dirigida hacia un camino definido por tu inspiración: Creo que obedece a los impulsos de tu corazón. Hericuento
11-03-2006
Todo lo que llega después de la vergüenza, sobra. Pero ella, de dónde vendrá?
Excelnte texto bits
08-01-2006
Intenso, con la densidad que conmueve y enseña.... aukisa