Hembras de carne, hombres de hueso. Melancólicos caminares que apenas si pisan el suelo, levitando en la nada de un sofocante verano. Hombres de carne, hembras de hueso. Que no osa despeinar el viento por si uno de esos casuales y en un arranque de locura hacen callar al silencio. Hembras de carne, hombres de hueso. Cruje el duro asfalto, brotando miradas asesinas desde el mismísimo infierno que ahuyenta hasta los perros. Hombres de carne, hembras de hueso. Y ese ir y venir de los muertos que transitan las calles en las que impasible observo como se mueren los sueños. Hembras de carne, hombres de hueso. Joan © Bosch 07/07/11
Texto agregado el 07-07-2011, y leído por 86 visitantes. (2 votos)