Tijuana BC. JUL. 2011. Hoy he extrañado mi pasado
Durante el día escribo en mi mente, escribo casi todo el tiempo, aunque cuando llego a sentarme para vaciar los pensamientos, emociones que acumulo, me molesto frente a mi incapacidad de integrar en unos párrafos todo lo que he sentido…
Hoy me he sentido inteligente e inspirada.
También desprotegida y excluida una vez más.
Estuve en una playa, y llore soñando una vez más con los futuros a los que no voy a llegar.
Viví todo eso, lo pensé, lo sentí en mi cuerpo y sin embargo, acostada ya en mi cama, sentí que no he vivido nada, que estoy perdida y que esta es la única forma de decirlo.
Tod@s vamos dejando la piel en el camino de una u otra forma, lo que no ha de hacerse, es dejarse salpicar de los restos de esas pieles cambiadas.
En está etapa, he tenido más rupturas que en toda mi vida.
Todas las situaciones de desacuerdos y distanciamientos que siempre evité creer empezaron a cumplirse uno detrás de otro.
Y es que las fusiones no son solo cuestión de afecto y similitud.
El tiempo sin embargo, ha logrado lo que yo en su momento no pude.
El tiempo ha hecho que todas mis peleas me hayan dejado de importar.
Mi sensibilidad desde ahora, es solo para quienes comparten la suya conmigo.
Y creo que a pesar de lo egoísta que suena, no lo es en realidad.
Pienso que es más honesto dejar en claro lo que sientes, que fingir que no esperas nada para luego deshacerte de rabia cuando eres desilusionada.
Mis rupturas me han dolido sí, sólo que hoy entiendo que eran necesarias.
Y aunque algunas personas que ya no son parte de mi vida me hacen falta, algunas otras tenían que dejar de serlo.
Hoy me siento segura y tranquila, pues así como algunas ya no son lo que en algún momento fueron, hay también otras que te sorprenden, amores que ni se han roto ni se van a romper...
A veces, separarte de alguien parece algo imposible de lograr.
La mente hace una serie de operaciones absurdas que solo te permiten pensar en lo bueno que hubo, como si todo eso que te llevó a terminar no hubiera existido nunca.
Sin embargo, los años pasan y una aprende.
Aprendes a darle un valor y un espacio a eso que tú sabes que necesitas y que la otra persona no puede darte.
Y, aunque digan que todo lo que termina, termina mal, digo yo que es posible despedirse sin peleas cuando las cosas dejan de ser lo que fueron o pudieron ser.
Tal vez, aunque algunas veces los intentos de amor fracasen, hay personas a las que no se puede dejar de conocer y querer.
En está etapa, me he encontrado con un camino que podría seguir toda mi vida., con personas de las que aprendo y que son parte de este mundo que siento creado para mí. Quizá por eso volví a escribir.
He conocido a alguien por quien me dejó de dar vergüenza que esa sea una realidad para mí. Avancé algunos pasos en el reconocimiento de mi fragilidad y de lo dura que puede ser a veces la necesidad de querer y de que sea mutuo.
Busqué y esperé de mil formas distintas un amor que no se me dio.
Y aunque cerré la historia con el dolor de haber escogido a alguien que no me podía querer, quiero creer que eso no significa que este final haya sido su intención.
En está etapa, me he dado cuenta que lo que yo creía que era amor propio, era en realidad el reverso de un constante sentimiento de exclusión y de inferioridad.
Un sentimiento que en los últimos años se había hecho cada vez más presente generando una rabia con la que casi me acostumbré a vivir.
Sólo que han surgido algunas cosas buenas también.
Podría hablar de nuevas presencias.
Personas que sin saberlo me han ayudado a ponerles nombre a sensaciones que viven en mí y que nunca termino de entender.
Personas que a lo lejos comparten la sensación de esa indescifrable sensación, de donde vienen esas preguntas eternas que no tienen respuesta, aunque que tampoco podemos dejar de formular.
También podría hablar de lo mucho que me he reído, de lo conectada que me he sentido a mi cuerpo, de las veces en las que aunque de forma efímera, me he sentido absolutamente plena.
Está etapa ha sido una locura.
Y aunque termina dejándome algunas heridas abiertas, me deja también miles de momentos bellos e irrepetibles en la memoria.
Momentos que son motivo para alcanzar lo que hasta ahora, se me ha estado escapando de las manos.
Desde BC, mi rincón existencial, lugar donde hoy he extrañado mi pasado y me he asustado de las decisiones que podría tomar.
Andrea Guadalupe.
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