Recuerdo la primera vez que me hablaste.
Tu manera de usar las palabras y todo lo que me significa el placer de escucharte es tan disfrutable y me sorprende.
Muchas veces te he pedido que me repitas lo que acabas de decir y no es más que porque mi resistencia a que tu voz me envuelva se ha tornado inoperante y me rindo: atrapada.
Claro que sólo me doy cuenta cuando me descubro embobada mirando cómo la dejas salir por tu boca/tus ojos mientras siento que ni gravedad ni nada existe y sólo queda un deseo de convertirme en aire para irme flotando a bailar con ella.
tu voz
su musicalidad/su sonido
se siente como el fuego de la hoguera en invierno:
así de cálida
así de brillante.
Texto agregado el 05-07-2011, y leído por 497
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