Era tan bella, sus ojos me hipnotizaron. La vi por primera vez mientras meditaba, me gusta mucho hacerlo en campos abiertos, miro el sol ocultarse tras los amplios campos, ¡cuánta nostalgia me provoca! Solo recuerdos de lo bello que es vivir, así es ella, desde que la conocí fue mi musa, mi inspiración, el atardecer me llegó a ser indiferente pues sus ojos (ah sus ojos) eclipsaban toda belleza.
No tenía pasado y no pensaba en su futro. Fue el mejor misterio que puede estudiar. Sus gustos exóticos me llamaban y me atraían, corríamos por los campos hasta llegar a oscuras grutas, ahí ella me externaba su amor y yo le respondía con las más sinceras y simples palabras que salían desde mi corazón. La amé. Juré ante ella nunca amar a nadie más pues era ella lo que mi alma y mi corazón reclamaban a mi mente. Jamás me expliqué cómo en un cuerpo humano cabía la perfección. Perfección, no hay más palabras para describirle.
Abandoné todo lo que tenía por ella, huimos lejos de todo, solo nosotros dos y nuestros sinceros sentimientos. En las noches de luna llena ella cantaba con un gran amor para mí, y yo la amaba más.
- Corramos por todas las montañas, lleguemos hasta el atardecer -
Repetía, y yo no podía resistir a su voz.
Viajamos hasta el fin del mundo, hasta que llegó la noche.
- Esta noche, la luna será testigo de mi amor -
- Por supuesto amada, lo que quieras haré –
Me tomó a media noche y me vendó los ojos, me decía en susurros TE AMO, y yo percibía un amor inigualable en sus palabras, corrimos y reímos, hasta que legamos a una fogata, ahí ella me derribó al suelo y la pasión se hizo dueña de mis actos y la tome, ella me desprendía las ropas con una fuerza que me estremeció, y yo la desnude a ella, mis ojos seguían vendados cuando tuve una sensación extraña, las manos de mi amada se posaban sobre mi pecho y otras manos comenzaron a arrancarme las ropas, un escalofrío indescriptible me mudó y no pude reaccionar, luche por quitarme la venda hasta que lo conseguí. Fue horrible lo que presencié.
- Bienvenido al aquelarre amor -
Las noches para mí, no volverán a ser las mismas…
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