Ya se oye, madre, la llorona
Que va gritando por el río,
Su grito tan conocido
De los hijos que ha perdido
Que en doloroso llanto pregona.
Ahí va, madre, vestida de blanco,
Flotando como un fantasma,
El blanco velo cubre su cara
Que ha de ser pálida y amarga
Por tanto y tanto que ha llorado.
¿Cuál es, madre, su historia?
Porque muchas he escuchado:
Que el río los hijos robado
Húbole un día, despiadado,
Cuando crecido fue por la lluvia;
Otros cuentan que el marido
La dejó y se fue con otra,
Furiosa a sus hijos ahoga
Y luego ella se ahorca
Porque, viendo su mal, se ha arrepentido;
Que llegó a su casa un día
Y no halló sus hijos tan queridos,
Fue buscándolos por el río
Cuando salieron unos bandidos
Y le mataron en forma impía.
Otras historias hay, madre,
Que especulan su tragedia,
¿Cuál será de todas ellas
La que sea la verdadera
O será que nadie en verdad la sabe?
Ahí va la que dios no quiso
Recibir en el santo cielo,
Que con gemidos lastimeros
Vaga por ríos y pueblos
Gritando siempre “Ay, mis hijos!”
Pobre de la llorona, madre,
Que no tiene el descanso
Por los hijos andar buscando.
Tómame fuerte de la mano
Que si me pierdo, tendrás que buscarme.
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