Todo empezó tranquilo, una fría y solitaria noche. Mientras avanzaban las horas, y todo se volvía más acelerado a causa del vino, el destino caprichoso, como siempre, trajo consigo un regalo. Una pequeña caja me entrego, que al abrirla una bella mariposa como ninguna otra voló, dentro de la caja una rosa que acompañaba a la hermosa mariposa. La mariposa voló y voló, hasta que un rayo de la luna le golpeo. Fue en ese momento cuando algo maravilloso ocurrió, aquella bella mariposa en una hermosa mujer se convirtió. Ahora entiendo porque el caprichoso destino, junto a la mariposa una rosa me entregó, para poder regalarla a la bella mujer que frente a mis ojos apareció.
La luz del sol mi rostro acarició, y nuevamente mi solitario día comenzó. Al despetar un pétalo de rosa de la mano del corazón cayó, y en la ventada con el sol a su disposición una mariposa voló.