Yo, en este presente trascendente,
me conformo con el aroma de los bosques
enredado en tus cabellos, y el suave rocío
de aquellas historias sin finales que inventamos
para que la vivan alguien como tú, alguien como yo,
alguien como nosotros, si es que hoy existen.
En el momento menos adecuado, no espero anverso
ni reverso hacia algún destino recurrente,
esas variaciones sobre un tema que desconocemos
y sin embargo, en la agonía de la oscuridad, ensayamos.
Evanescencia de pasados, presentes y futuros,
que alguno llaman por llamarlo mal de amores,
y como permanente tema de diván lo tienen .
Mientras que para nosotros, simplemente,
es una fiesta larga, con el techo como espectador.
Cuestiones todas ellas, fáciles de resolver contigo,
Junto al edén de tu espalda azul recostada,
deformando la forma de las voces internas
que gritan desde tu cuerpo, ausente de recuerdos,
labrando lo efímero de tu inocencia en besos.
Y todo no es mas, que sensaciones que se viven
desde el silencio y las palabras que no se dicen,
en esa gravedad de la sombra en que nos hundimos
después… para que quiero después, anverso o reverso. |