Parada ,frente a mi estaba ella con su mirada congelada por el impacto de la mía , sus ojos son claros como la trasparencia de una botella de cerveza expuesta al sol , su rostro redondo y su expresión aumentan más la claridad de las once de la mañana .Se expone a que la enamore y se da cuenta de las intenciones que siento al no poder quitarle los ojos de encima , sus glóbulos oculares son blancos con vasitos capilares parecidos a las raíces de algún objeto botánico, sus expresiones se van simplificando y las arrugas que estas provocaron se desvanecen como nubes al viento estival de un día de verano raro. Levanto un poco mi posición y reparo en la opresión que me causa la emoción de su perturbación en aquella ocasión en la que sostengo su mirada con mi visión de un amor que podría tener más que satisfacción.
Comienzo a barrer con mi mirada su cuerpo estático, moldeado por el trajinar diario de no sé qué. Reparando una y otra vez en aquella dama de blusa floreada y pantalón jean y zapatillas de saltarín, encuentro un resquicio de lastima. Ella se tuvo que dar cuenta y respondió con aquel gestito que solo pocas suelen hacer: un gesto de amor.El impacto es algo al que ya nos acostumbramos y experimentamos otras nuevas sensaciones que le siguen a esta: curiosidad y alegría.