...tristissima noctis imago

Ovidio


Porque no encuentro la forma

de pintarle una raya a la tristeza,

porque mi corazón no alcanza

a remover el cerco de la vulgaridad,

dejo mi cuerpo aquí

donde dorarlo puedan

las apagadas luces del insomnio

que no soñé jamás.

Varado en la arena de esta noche

–qué pálido navío sin timón aparente–

donde la muerte va bordando estelas,

adosándole mareas y caracolas a los encallecidos

miembros,

donde retumban los clamores de una ballena herida

que no llegó a buen puerto

porque el retorno es la cicuta del

viajero;

varado en la profunda noche ultramarina

–que sólo con Gauguin fuera clemente–

entre desperdigados restos de madera,

sangre y papel,

se secará su aliento espurio,

expirará salobre su materia vencida.

Y yo de lejos le veré pudrirse,

veré la lumbre en el rostro de la aurora

dorar las pobres manos, los efímeros ojos,

porque mi cuerpo ya no será mi cuerpo

encadenado a la arena de esta noche infinita.