Nota: Todo empezó siendo un comentario a un cuento... pero se convirtió en otro cuento, no pude controlarlo! pido perdón avegonzada, pero a la vez no me considero culpable... Él ha engendrado en mi este cuento, solo tuve que parirlo...


El general vació su cargador en la cara del presidente y no sólo logró matarlo sino que hizo que el Buen Humor se escondiera por un tiempo...
No mucho más tarde, el buen humor, cansado de estar solo y escondido, salió a caminar. En el camino, se encontró con su vieja amiga Rebelión a quien se le había metido la Organización dentro de la cáscara. Y tan apretadas estaban las dos que no podían salir sin romper las paredes. Así vivieron juntas y apretadas por un tiempo y la Organización le hizo el amor a la Rebelión y quedó embarazada. Todo este tiempo, para vivir más cómodas, habían estado tratando de salir de su cáscara, empezó a rajarse y ahora la Rebelión está pudo parir a la conciencia.
Junto al Buen Humor, siguieron rumbo las tres, cuando se encontraron con unos muchachos que estaban en la orilla del río con mucho miedo de tirarse. Vinieron, despacito, otros tipos y los empujaron, entonces para no caerse, unos se agarraron de los otros y terminaron todos en el agua. El Buen Humor y sus amigas los espiaron por un rato y, cuando el agua quitó la tierra de sus pieles pudieron reconocerlos... Los que temían tirarse al río eran aquellos pequeños Sueños de Libertad que ahora estaban grandes pero que seguían, como siempre, coloridos y vigorosos, pero que antes (al igual que los deseos, que fueron quienes los empujaron pero que también tenían miedo) no tenían fuerza en las piernas y ahora, al ver sus caras nítidas, juntas, reflejadas en el río, empezaban a desarrollarla. Así, el Buen Humor, la Rebelión, la Organización, la Conciencia, los Sueños y Deseos de Libertad, Igualdad, etc., siguieron juntos su camino (que era sólo uno y los hacía uno a ellos) encontrándose con otros viejos amigos, pariendo a los que siempre se gestaron entre ellos y gestando nuevos.
Hoy el pueblo amaneció de buen humor. La rebelión que latía en sus corazones, despierta luego de años de opresión. Algunos hombres ocurrentes sugieren organizarse y a partir de ello, crece la conciencia en y entre todos. Sus sueños y deseos se ven, en las pequeñas construcciones del pueblo interactuando, tangibles y posibles de ser concretados y, organizándose, las vuelven grandes. Cada vez hay más para soñar y desear y cada vez con más fuerza porque el pueblo sabe que puede lograrlo todo.
El general y los embajadores no saben cómo manejar la situación y llaman a las alteradas Federaciones de Inversionistas, a los poderosos vecinos y al Sacro Colegio y todos les dicen que hagan lo mismo que con el presidente. Entonces el general prepara lo que le queda de ejército (porque algunos han sido afectados por la "conciencia" y se consideran parte del pueblo) y salen a vaciar sus cargadores en esas caras alegres, rebeldes, organizadoras organizadas, concientes. Los agarran de los libres pelos que vuelan al viento, abollan a golpes de puño su vitalidad, sus sueños, sus deseos. Cuando sus cargadores están ya vacíos y ellos muy cansados y hambrientos. Han terminado con algunos hombres pero no con el pueblo ni con su lucha. Para poder seguir y así finalizar su tarea, se dirigen a cargar sus armas, pero, los obreros de la fábrica de balas están en huelga hace mucho y se acabaron las provisiones. Optan por juntarse a cenar y así (comen, luego existen), decidir cómo resolver la situación. Pero, todas las fábricas de comestibles fueron tomadas por sus obreros y no venden la comida, sino que la reparten de manera comunitaria. Para escapar de este loco mundo y atacarlo desde afuera, van hacia el aeropuerto a tomar un avión y se encuentran con que las aerolíneas y todos los medios de transporte también han sido tomados y funciona por la autogestión de sus empleados. De esta forma, de todos modos podrían viajar... pero, tienen miedo de estar rodeados de toda "esa gente" (y sin sus cargadores llenos) Entonces, llaman por teléfono con suma cautela porque también los medios de comunicación son manejados por sus obreros (aunque estos no consideran necesario intervenir en sus conversaciones y no lo hacen) y, así, se enteran de que ha ocurrido lo mismo en todas partes del mundo... ya ningún obrero fabricará armas para matar a otro, ni producirá ropa y alimentos si el pueblo anda desnudo, harapiento, muriendo de frío y hambre.
El general y su ejército se dirigen hacia las cárceles para que los presos trabajen para ellos. Demasiado tarde... las cárceles ya no existen, ni tampoco los crímenes ni los criminales... las personas comprenden que la propiedad es colectiva (tan de todos como de ninguno) y nadie tiene por qué quitarle algo a otro ni nada para ser quitado (porque lo que tiene es también de los otros). Entienden que todos son un todo, se conciben y comportan en conjunto, porque todo ha sido así construido (hasta ellos mismos) y eso los hermana, los hace sentir que son parte de un mismo cuerpo.
Ante este sentimiento, el general y su ejército, ya no tienen nada para hacer. Lloran. Sus lágrimas limpian sus caras, pero, para ser parte del pueblo, para poder sentirse parte de ese todo, tendrán que llorar siglos y siglos (más o menos el tiempo que hace que el pueblo llora), para luego un día, amanecer de buen humor, como hoy... que es el día en que el pueblo, todo, amaneció de buen humor.