Un vistazo a la muerte
Cierto día le pregunte a la vida:
¿Cómo se muere?
Entonces en una de mis sesiones de meditación la vida me contestó:
Las respiraciones me indujeron a un estado de relajación, cada respiración, cada inhalación y exhalación me llevaban a descubrir la paz que existe dentro de cada ser humano y que todo sucede por algo -como los místicos predican- y en uno de los estadiós llegue al pináculo de la relajación, y fue en ese momento, que se me dio la respuesta de: “cómo muere la gente”
Comencé a flotar sobre mi cuerpo y recorrí las calles de un pueblo en el que nací, aquella visión fue extraordinaria, ahí en las calles empedradas y en las fachadas multicolores, se me develó el secreto de la perfección del mundo y de que todo sucede por algo y que mi vida es un aprendizaje por el cual tengo que transitar y que cada cosa, situación y posible problema, no son sino lecciones necesarias para mi desarrollo espiritual y todo es parte de mis asignaturas de vida, entendiéndolo como un contexto perfecto de transición que aunque parezca repetitivo, es la maduración del espíritu, y aunque a veces me doy con la frente en la pared, tengo que agradecer cada experiencia con humildad y como una bendición, porque es la perfección que me lleva al final de mi destino.
En aquel momento mi vuelo se acelero y me fui desprendiendo, dejando atrás la hermosa calle. En mi vuelo hacia arriba la calle se fue haciendo diminuta y mire la cuadra y después el pueblo entero, la velocidad se incrementó de tal forma que comencé a visualizar todo el país, el mundo, aquel viaje era extraordinario, tranquilo y pacifico, sentí un adormecimiento y una conexión con el todo que me envolvía y me daba la bienvenida… en ese instante comprendí que aquello era la transición entre la vida a la muerte y que la tan temida experiencia; era un verdadero placer y me abandone, me deje llevar, por qué no importaba nada, solo, ser. Cuando estaba en el clímax de la experiencia, escuché dentro de mi mente una voz que me decía:
Y una sacudida violenta me regreso con velocidad vertiginosa al origen de la vivencia.
Abrí los ojos llenos de lágrimas por la maravillosa experiencia, agradeciéndole a la vida, a Dios o al espíritu universal por tan enriquecedora visión.
EH
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